LA PAZ.- El Gobierno de Bolivia rechazó esta noche el pedido de convocar a una cumbre política, planteado por el principal líder de la oposición, el ex presidente Jorge Quiroga, mientras sigue creciendo la huelga de hambre por la Asamblea Constituyente.
El rechazo a una reunión de las fuerzas políticas fue expresado hoy por el presidente de la Cámara de Senadores, Santos Ramírez, apenas cuatro horas después de que Quiroga, jefe de la alianza conservadora Poder Democrático y Social (Podemos), enviara su solicitud en una carta al presidente, Evo Morales.
"No podemos negociar los intereses de la Patria con una oposición irresponsable,” precisó Ramírez, en una rueda de prensa nocturna ofrecida en la Vicepresidencia de la Nación.
La respuesta del gobierno socialista de Morales fue dada una hora después de que el vicepresidente, Alvaro García Linera, concluyó un segundo encuentro de la jornada con los líderes parlamentarios de la oposición, realizado para intentar una solución a la crisis.
García Linera dijo que el diálogo no dio frutos debido a que Podemos se negó a levantar el ayuno de sus 15 senadores, que se cumple en el mismo hemiciclo de la Cámara Alta desde el martes pasado.
La demanda del vicepresidente, sin embargo, estuvo dirigida a permitir que el recinto legislativo esté libre para celebrar una sesión del Congreso, que debió efectuarse hoy, y elegir a miembros de la Corte Suprema de Justicia y del Tribunal Constitucional.
El también presidente del Congreso boliviano fijó plazo hasta las 10.00 horas (14.00 GMT) del viernes para que los senadores opositores abandonen la huelga de hambre.
El jefe de Podemos, en cambio, pidió a Evo Morales una “cumbre interna” de los partidos políticos del país para considerar media docena de temas, entre ellos el respeto a la democracia y el cumplimiento de la ley, que la oposición reclama para la Constituyente.
El ex presidente Quiroga (2001-2002), en su carta al mandatario, señaló que “la polarización, el insulto, las agresiones, las amenazas y la negligencia para garantizar la seguridad de ciudadanos que realiza medidas pacíficas de presión, se han convertido en un lamentable escenario de zozobra cotidiana” en el país.
La frase aludió a algunos hechos de violencia registrados esta semana, de simpatizantes del gobierno contra un grupo de huelguistas, a los que obligaron a escapar, y de la retención del prefecto (gobernador) del departamento de La Paz, José Luis Paredes.
Ola de protestas
La ola de protestas, entre tanto, siguió creciendo hoy, según informes de la centrista Unidad Nacional (UN) y de los comités cívicos de los departamentos de Santa Cruz, Pando, Tarija y Beni, donde está concentrado el ayuno contra el gobierno.
En medio centenar de piquetes, en esos distritos, hay 1.883 personas en huelga de hambre, entre ellos los gobernadores y los líderes cívicos de esos distritos.
Entre ellos también están los 13 senadores titulares y 2 suplentes de Podemos, en el recinto de la Cámara Alta, en la ciudad de La Paz, aunque ya no los 25 diputados de la misma alianza que se habían instalado en el mismo edificio.
La violencia se repitió también de parte de algunos ciudadanos de la ciudad de Santa Cruz, que ocuparon las oficinas del Servicio de Impuestos Internos tras derribar la puerta pero la abandonaron después a pedido de legisladores de la región.
En esa ciudad, la capital del departamento más pujante del país, se realizó una marcha de apoyo a la demanda de la región para que la Asamblea Constituyente funcione con el método de voto de los dos tercios y no de la mayoría que impone el oficialismo socialista.
Horas antes, la directiva de la Asamblea y los jefes de los grupos políticos con representación en el foro acordaron reanudar las deliberaciones -que están suspendidas hace nueve días- el próximo lunes.
