PHOENIX.- Testigos visuales relataron escenas de angustia mientras la policía allanaba varias plantas de empaquetamiento de carne en la mayor redada de inmigración en Estados Unidos, realizada el jueves, el día en que los mexicanos honran a su amado ícono nacional la virgen de Guadalupe.
La redada, realizada por más de 1.000 funcionarios de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por su sigla en inglés) en las plantas frigoríficas de Swift & Co. en seis estados desde Utah hasta Texas, detuvo a cerca de 1.300 personas, en su mayoría inmigrantes indocumentados provenientes de México.
La activista de derechos humanos Sylvia Martinez asistía a misa en Greeley, en el estado de Colorado, para conmemorar el día de la legendaria aparición de la virgen a un campesino indígena hace casi 500 años, cuando varios autobuses que transportaban funcionarios del ICE llegaron a la ciudad poco después del amanecer en dirección a la planta de empaquetamiento de carne.
Mientras las noticias de la redada se esparcían entre la congregación, las personas iban saliendo de la iglesia hacia las calles.
"Había una tremenda pena, horror e incertidumbre, muchas personas sólo abandonaron la misa y fueron a la planta", dijo Martinez, portavoz del grupo activista Latinos Unidos, en la comunidad de 80.000 personas.
"Los funcionarios del ICE entraron a la planta con cascos entregados por la compañía, y recibimos llamadas telefónicas desde el interior diciendo que estaban esposando a la gente y sentándola en el piso sin permitirles utilizar el baño", agregó.
La redada sucedió mientras el ICE intenta aumentar el control en los lugares de trabajo con redadas en granjas y fábricas a lo largo del país en busca de inmigrantes ilegales que utilizan documentos de identidad robados o comprados en el mercado negro.
Las escenas de confusión se repitieron en Worthington, Minnesota, donde la policía de inmigración inspeccionó el primer turno que llegó a la fábrica de Swift & Co., dirigiendo a los trabajadores a la cafetería para investigar su estatus inmigratorio.
"(La redada) arrasó con todos en la planta y sometió a toda la fuerza de trabajo, y por extensión a sus familias y a la comunidad, a este increíblemente disruptivo evento", dijo el abogado Bruce Nestor, quien fue testigo de la redada.
La mayoría de los trabajadores en las plantas de Swift trabajan turnos de nueve horas, ganando entre 11 y 20 dólares la hora, dijo el Sindicato Internacional de Trabajadores de Alimentos y Comercio. Es común que parejas de padres y madres trabajen en la misma planta.
Mientras pasaban las horas, Martinez dijo que angustiados parientes de trabajadores del turno diurno se reunieron en la helada mañana afuera de la planta con niños llorando y temiendo por el destino de algún padre detenido en el interior.
"Los niños estaban horrorizados y llorando por sus padres", dijo Martinez, quien no pudo confirmar inmediatamente si alguno de los niños, a los que describió como de edad escolar, había recibido algún cuidado.
En Worthington, una ciudad de 11.000 personas ubicada a unos 282 kilómetros de Minneapolis-Saint Paul, Nestor dijo que un número desconocido de niños se había quedado sin padres tras la redada.
"Ha tenido un impacto devastador en la comunidad latina. Familias han sido divididas, las personas aún intentan localizar a sus parientes (...) y los niños se han quedado sin padres", afirmó.