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Santiago: Viernes 19 de abril del 2024 | Actualizado 16:59
CIUDAD DE MÉXICO.- Cuatro policías federales que trabajaban encubiertos fueron torturados y sepultados vivos en el estado de Durango, norte de México, informaron fuentes oficiales. Los cuerpos fueron hallados en la región de la Comarca Lagunera, considerada ruta de salida del tráfico de drogas en ese territorio.
Los cadáveres de los tres agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) y uno de la Fiscalía de Durango, fueron localizados la noche del viernes en un paraje del municipio de Gómez Palacio, en Durango, fronterizo con el estado de Coahuila.
Decenas de agentes federales acudieron al lugar tras la denuncia anónima de un hombre, quien según versiones no confirmadas, dijo por teléfono "ya párenle cabrones, vengan por sus muchachos, aquí los tenemos".
El hallazgo de los cuerpos fue constatado por las fuerzas policiales horas antes de que el mandatario de México, Felipe Calderón, llegara a Coahuila para asistir a la boda del titular de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, Jorge Zermeño.
Los cuerpos fueron encontrados a unas horas de que dos policías municipales del estado de Sonora, norte del país, fueran decapitados en la localidad de Trincheras, a 250 kilómetros de Hermosillo, la capital de esa provincia, en una acción que las autoridades atribuyeron, en principio, al crimen organizado.
En tanto, en Guerrero, sur de México, una treintena de miembros de la Policía Investigadora Ministerial desertaron de sus puestos a raíz del ataque que el martes realizó un comando armado a dos estaciones policiales en Acapulco, el principal puerto de esa provincia.
El ataque causó siete muertos, tres de ellos policías y un fiscal. La PGR reconoció que la agresión contra estaciones policiales en Acapulco responde a "un ajuste de cuentas" del narcotráfico a la guerra emprendida por el gobierno de Calderón contra el crimen organizado.
Calderón inició el 1 de diciembre su gobierno con operativos contra el crimen organizado en los que participan miles de policías federales y elementos del Ejército en distintos puntos del país, además de las recientes extradiciones de nueve importantes jefes del narcotráfico a Estados Unidos.
