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Mujer británica pide a tribunales que autoricen a médicos para dejarla morir

Kelly Taylor, de 30 años, tiene problemas en el corazón, los pulmones y la espina dorsal, y quiere que los médicos incrementen la dosis de morfina para inducirle un estado de coma. Asimismo, les ha pedido que no le den comida o líquidos de manera artificial.

12 de Febrero de 2007 | 17:37 | Orbe
LONDRES.- Kelly Taylor, una británica de 30 años, ha pedido a los tribunales que autoricen a los médicos para que la ayuden a morir. La mujer del sur de Inglaterra se encuentra en estado terminal y los doctores le han diagnosticado menos de un año de vida.

Taylor, quien tiene problemas en el corazón, los pulmones y la espina dorsal, quiere que los médicos incrementen la dosis de morfina para inducirle un estado de coma. Asimismo, les ha pedido que no le den comida o líquidos de manera artificial.

Sus doctores se han negado a seguir sus peticiones, asegurando que se trataría de eutanasia. Los abogados de Taylor quieren apoyarse en una parte de la Convención Europea de Derechos Humanos que prohíbe “el tratamiento inhumano o degradante", argumentando que no se le debe prohibir la elección de cómo quiere acabar su vida.

La Asociación de Médicos británicos asegura que dar morfina con la intención de acabar de forma deliberada con la vida de alguien “va en contra de la ley y de la ética". Aunque otros enfermos terminales han acudido a los tribunales para pedir su derecho a morir, el caso de Taylor es distinto porque sus abogados aseguran que los médicos tienen la obligación de dar tratamiento adecuado contra el dolor, aunque ello signifique la muerte de la paciente, una solución conocida como “el efecto doble".

Su cardiólogo y su médico de cabecera se han negado a aumentar su medicación al punto que pueda entrar en coma profundo. Taylor tiene síndrome de Eisenmenger, con lo que la persona nace con un gran agujero en el corazón por lo que la sangre no fluye de forma normal y causa problemas a la hora de respirar. También padece el síndrome de Klippel-Feil.

La ley británica indica que los médicos pueden dar morfina u otro fármaco para aliviar el dolor, aunque pueda tener el efecto de acortar la vida del paciente, lo que se conoce como “efecto doble". Sin embargo, es ilegal dar medicamentos con la intención de acabar de forma deliberada con la vida de alguien.

El doctor Peter Saunders, director de la campaña ’Care Not Killing Alliance’ (Alianza para el Cuidado y no el Asesinato), indicó que “éste es un caso muy triste, pero lo que realmente se necesita no es un cambio en la ley para permitir inyecciones letales, sino acceso a la mayor calidad de ayuda paliativa que se pueda obtener".
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