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Diario cubano denuncia creciente falsificación y adulteración de productos

Según el periódico Juventud Rebelde, las bebidas alcohólicas, los cigarrillos y puros, los jabones, perfumes, desodorantes, café, helados y agua natural, son los productos más falseados en la red comercial estatal.

25 de Febrero de 2007 | 11:18 | AFP

LA HABANA.- El diario Juventud Rebelde denunció hoy la creciente adulteración y falsificación de productos en la red comercial estatal de Cuba, "un vicio que lastra desde hace años el sector".


"La venta de productos engañosos ha ido ganando un espacio en las redes comerciales de la Isla. Es un vicio que lastra desde hace años el sector de los servicios", aseguró el diario, después de una investigación de tres meses en la red comercial.


Las pesquisas han demostrado que los fraudes van "desde el burdo truco de echarle agua al ron y a otras bebidas para aumentarlas, transitan por la preparación en 'fábricas' clandestinas de productos de alta demanda, y terminan con la utilización de sofisticadas técnicas, incluidos medios de computación".


Se trata de redes de personas que incluyen muchas veces a empleados de las fábricas de esos productos, de aquellos que los elaboran o adulteran, o los introducen en la red comercial, con la complicidad de administradores y trabajadores.


Entre los productos más falseados, según los encuestados por el periódico, se encuentran las bebidas alcohólicas, los cigarrillos y puros, así como los jabones, perfumes, desodorantes, café, helados o el agua natural.


La mayoría de los productos citados se venden en pesos convertibles cubanos, una divisa de circulación interna, equivalente a 1,20 dólar.


"Llama la atención que en el consumidor cubano se ha creado una 'mentalidad de estafado'. Más del 80 por ciento de los encuestados mencionó al menos un caso en que se sintió engañado, aunque casi nunca reclamó a los vendedores", dijo Juventud Rebelde.


El diario, uno de los dos con alcance nacional, opina que "la falsificación de productos tiene ya un carácter preocupante". "Para erradicarla no bastarán el trabajo de la Policía ni las constantes quejas de los consumidores", señala.


"Valdría la pena conocer qué hacen en materia de control las entidades productoras del país para frenar la tendencia, si cuentan con los mecanismos necesarios para cortar de raíz semejante ofensa a la población", añadió.

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