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Trataron de robar en mansión campestre del príncipe Carlos

La policía desplegó un helicóptero y varios agentes con perros para dar con los intrusos, pero éstos lograron darse a la fuga.

03 de Abril de 2007 | 09:02 | ANSA

LONDRES.- Dos intrusos lograron ayer darse a la fuga tras haber intentado robar la mansión de campo del príncipe Carlos de Inglaterra en Highrove.


Se trata del segundo incidente de esta naturaleza en los últimos nueve meses, según informó Scotland Yard.


Los sospechosos provocaron que sonaran las alarmas en Highgrove a las 02:20 de la mañana del lunes.


Tras el hecho, la policía desplegó un helicóptero y varios agentes con perros para dar con los intrusos, pero éstos lograron darse a la fuga.


"La policía respondió a este incidente asegurándose que las medidas de seguridad no hubieran sido violadas. En ningún momento la seguridad del príncipe quedó comprometida", destacó una vocera de Scotland Yard.


"Se realizó una búsqueda en los campos de Highgrove, pero no logramos dar con los intrusos, y por ende no hubo arrestos. Estamos siguiendo una serie de líneas de investigación", agregó.


De acuerdo a la vocera, los dos intrusos lograron ingresar a los campos de la mansión de campo de Carlos y Camilla, aunque no pudieron entrar dentro de la propiedad para cometer el robo.


El príncipe de Gales, de 59 años, y su esposa Camilla, de la misma edad, se encuentran en el castillo de Birkhall, en Escocia, disfrutando de unas vacaciones en vísperas a las festividades de Pascua.


La mansión de Highgrove del siglo XVIII, ubicada cerca de la ciudad de Tetbury, está protegida por un complejo sistema de alarmas que incluye cámaras de circuito cerrado con rayos infrarrojos, alambrados y garitas policiales.


Esta no es la primera vez que intrusos tratan de robar la mansión de Carlos.


El 30 de enero pasado, un ciudadano de Bristol logró ingresar en la propiedad del príncipe de Gales, cuando el heredero al trono y su esposa estaban durmiendo en la casa.


El hombre, de 55 años, fue atrapado con unas tijeras en la mano, poco después de haber saltado los alambrados de la histórica mansión.

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