La única mujer dentro del grupo de marinos detenidos contó que estaba convencida de que estaban preparando su ataúd.
EFELONDRES.- El gobierno británico informó que "ningún militar más tendrá autorización para hablar con la prensa sobre sus experiencias a cambio de dinero", luego que se intensificaran las críticas por la medida que permitió que la única mujer del grupo de marinos detenidos por Irán, Faye Turney, y otro de los marinos, Arthur Batchelor, revelaran su experiencia.
La militar, una madre de familia de 25 años, concedió sendas entrevistas al periódico sensacionalista The Sun y a la cadena de televisión ITV en las que asegura que sus trece días de cautiverio no tuvieron nada que ver con lo que reflejaban los videos difundidos por Teherán.
Turney relató cómo fue apartada del grupo, aislada durante cinco días, recluida en una celda de menos de cuatro metros cuadrados, obligada a quitarse toda la ropa excepto los calzones y sometida a largos interrogatorios y amenazas por sus guardianes, que la hicieron creer que sus compañeros habían sido liberados.
Turney contó a The Sun que una mañana escuchó cómo serraban madera y clavaban clavos.
"Entonces una mujer entró a mi celda y me midió desde la cabeza a los pies con una cinta. Estaba convencida de que estaban preparando mi ataúd", dijo al diario que pertenece al poderoso magnate Rupert Murdoch.
Turney, que se convirtió en centro de atención de la prensa después de que Irán divulgara tres cartas de autoconfesión escrita por ella, explica que los iraníes le dijeron que si las redactaba sería liberada, pero que si se negaba, sería juzgada por espionaje y condenada a "varios años" de prisión.
La mujer finalmente optó por hacerlo para estar de regreso a tiempo para el cumpleaños de su hija, aunque se sintió como "una traidora" al tener que criticar al Reino Unido y Estados Unidos, según relató en la otra entrevista, que la ITV emitirá esta noche.
La militar defendió además su decisión de contar su historia, por la que habría recibido, según The Guardian, unas 100.000 libras (unos 150.000 euros), cuatro veces más que su sueldo anual.
Arthur Batchelor, que con 20 años es el más joven del grupo, admitió en el tabloide británico Daily Mirror que estaba aterrado y que "lloró como un bebé".
Familiares de los soldados británicos muertos en Irak, veteranos y la oposición criticaron la decisión del Gobierno de autorizar a los quince marinos a conceder esas entrevistas a cambio de una suma de dinero.
Para Mike Aston, padre de uno de los seis policías militares linchados por una turba en Majar al Kabir (Irak) en junio de 2003, la situación es "vergonzosa" y considera que si hiciera algo similar "mancillaría" la memoria de su hijo.
En su comunicado, el ministro de Defensa reconoció hoy el difícil "dilema" al que hizo frente la Armada británica (Royal Navy), pero añadió que todos los implicados en este caso reconocían que no se había alcanzado "un resultado satisfactorio" y que debían extraerse lecciones de la revisión ordenada por su departamento.
No todos los soldados capturados por Irán son partidarios de vender su historia: ni el teniente Felix Carman ni el capital Chris Air, a cargo del grupo, piensan hacerlo, aunque defienden el derecho de sus compañeros a cobrar por contar su experiencia.
Sin embargo, los observadores creen que lo ocurrido puede causar no sólo que los marinos pierdan la comprensión de los británicos sino abrir además la caja de pandora y que en un futuro otros militares decidan contar su propia versión de las misiones en las que participan.