LIMA.- El líder del grupo terrorista peruano Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, pidió la mano a Elena Iparraguirre, ex número dos de la organización, en un receso del "megajuicio" que los condenó a cadena perpetua el año pasado, según informó hoy un semanario.
Iparraguire relató que Guzmán le pidió matrimonio el 6 de octubre de 2006, sólo ocho días antes de que se dictara la sentencia que los condenó a permanecer en prisión por el resto de sus vidas por el delito de terrorismo.
El líder de Sendero Luminoso citó a Marx al pedir la mano ante su futura suegra, Blanca Revoredo, y los integrantes de la cúpula senderista que fueron procesados en conjunto en el denominado "megajuicio".
"La relación entre un hombre y una mujer es natural, discreta y necesaria", expresó Guzmán a su pareja sentimental de muchos años.
La madre de Iparraguirre le entregó a Guzmán su anillo de matrimonio y el de su difunto esposo para que se realice la petición formal, sin que los policías que los custodiaban se percataran del evento.
No obstante, aún no tienen fecha definitiva para el enlace civil.
Guzmán e Iparraguirre fueron detenidos juntos en una casa de Lima en 1992, y compartieron celdas en la Base Naval del Callao desde esa fecha hasta 2005, en que ella fue trasladada a la prisión de mujeres de Santa Mónica cuando empezó el "megajuicio".
Desde su traslado a la cárcel de mujeres, los encuentros de la pareja se limitaron a las sesiones del juicio y, por tal motivo, decidieron iniciar el trámite para su matrimonio civil que les permitirían tener citas conyugales una vez al mes.
En una carta de amor, reproducida por "Caretas", Guzmán le dice a su novia: "De estar junto a ti aún fuera simplemente una vez por semana a ni siquiera verte, me tienes aquí".
"Pero hoy más adherido a tu cuerpo y alma que bullen en mí al compás de lo vivido juntos y del anhelo de nuevamente empaparme en tu bien amada presencia", agrega.
Iparraguirre abandonó a su esposo y a sus dos hijos para abrazar la lucha armada en la década de los '80 y convertirse en la número dos de Sendero Luminoso.
"Me até el corazón con mis tripas y salí sin voltear atrás a riesgo de convertirme en sal", dijo a la revista al recordar la ruptura con su familia.
Sin embargo, la cabecilla senderista añadió que "la revolución", que dejó casi 70.000 muertos entre 1980 y 2000, "valió la pena porque el Estado peruano era una porquería y era la única manera de acabar con las diferencias".
Según el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que investigó la violencia terrorista en Perú, Sendero Luminoso es responsable de más de la mitad de los 69.000 fallecidos y desaparecidos en esa época.