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Ségolène Royal, la mujer que revoluciona la política francesa

La candidata socialista a la Presidencia de Francia ha sido tres veces ministra, diputada desde hace 20 años y presidenta regional. En el ámbito personal, es pareja del primer secretario del partido, François Hollande, con quien tiene cuatro hijos.

06 de Mayo de 2007 | 00:31 | AFP
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AFP

PARÍS.- Ségolène Royal, quien hoy disputará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales contra el candidato conservador Nicolas Sarkozy, podría pasar a la historia como la primera Presidenta de Francia o bien, como la primera mujer que se atrevió a inmiscuirse en terrenos reservados a los hombres de ese país.


Con un estilo personal y atrevido, y métodos que chocan con el inmovilismo de la vieja guardia socialista francesa, Royal, de 53 años, ha movido los cimientos de la izquierda y ha protagonizado una campaña electoral singular.


Madre de cuatro hijos, Royal reivindica su condición de mujer y promete que con ella en el poder "la política nunca volverá a ser como antes".


"Asumo mi identidad de mujer y hago política de otra manera", aseguró recientemente.


Deseosa de encarnar una renovación serena, tenaz y audaz de la izquierda, Royal ha recorrido toda Francia en los últimos meses para escuchar las angustias y expectativas de los franceses. Es lo que la candidata llama "democracia participativa".


"Conmigo, los jóvenes estarán protegidos, los problemas de los suburbios marginales se resolverán, la economía será impulsada y el diálogo social quedará restablecido", ha prometido.


Tres veces ministra, diputada desde hace 20 años y presidenta regional, Royal fue elegida candidata de los socialistas en noviembre de 2006, pasando para ello por encima de dos pesos pesados de la formación como los ex ministros Laurent Fabius y Dominique Strauss-Kahn.


Bella, elegante y sonriente, esta francesa se convirtió así en la nueva imagen del Partido Socialista francés, dividido y a la deriva desde su estrepitosa derrota en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2002.


Sin renunciar al proyecto socialista, Royal no ha tenido reparos en adentrarse en cuestiones polémicas que provocan la división en su partido, como la duración de la jornada laboral, el papel de Francia en Europa, la identidad nacional o la igualdad entre sexos.


Algunas de sus propuestas, como la de que cada ciudadano tenga una bandera nacional en casa y sepa cantar el himno francés, la Marsellesa, hasta el final, le valieron el calificativo de demagoga.


"Ségo" como es llamada familiarmente en Francia, fue criticada además por la falta de ideas propias, su inexperiencia en materia internacional, su individualismo y su tendencia a olvidar en ocasiones el proyecto socialista.


En los últimos días, la candidata fue de nuevo objeto de ataques de sus adversarios por su acercamiento al electorado de centro, cuyo apoyo necesita para ganar las elecciones de hoy.


Pero el fenómeno Ségolène, apodada cariñosamente "Zapatera" en referencia al presidente del gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, despertó una gran simpatía y curiosidad internacional en un momento en que las mujeres acceden al poder en Chile, Alemania y Liberia, y planean dar el salto en Estados Unidos o Argentina.


La líder socialista es compañera sentimental del primer secretario del partido, François Hollande, y madre de sus cuatro hijos, una situación que le ha valido numerosas críticas y burlas.


Royal nació en Dakar (Senegal), donde su padre estaba destinado como militar. Es la cuarta de ocho hermanos y recibió una educación católica muy estricta de la que posteriormente tomó distancia, aunque sigue teniendo un sentido muy tradicional de la familia y la moral que ha quedado claro en su campaña.


Después de estudiar en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración (ENA), se afilió al Partido Socialista en 1978 y participó en la campaña presidencial de François Mitterrand en 1981.


Entre 1982 y 1988, consiguió hacerse un lugar en el restringido círculo de colaboradores del fallecido Presidente socialista y ocupó las carteras de Medio Ambiente, Educación y Familia.


El punto que marcó el inicio de su vertiginosa ascensión fue su inesperada elección en 2004 como presidenta de la región de Poitou-Charentes (oeste).

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