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Santiago: Viernes 26 de abril del 2024 | Actualizado 09:14
CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano acusó a la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional de apoyar el aborto, por lo que anunció que retirará toda la ayuda económica que le ofrecía, indicó hoy en un comunicado.
"La Iglesia Católica dejará de financiar a Amnistía Internacional debido al cambio de posición decidido", anunció oficialmente el responsable del Consejo Pontificio Justicia y Paz.
El cardenal Renato Martino, presidente de la entidad, explicó que la medida fue adoptada después de que el consejo directivo de la organización humanitaria, decidió promover el acceso al aborto para las mujeres víctimas de violaciones o cuya salud corra riesgos por el embarazo.
"La consecuencia era inevitable", dijo.
El cardenal denunció "los 'lobbies' internacionales que trabajan a favor del aborto y la propaganda que promueven en el marco de lo que Juan Pablo II llamaba 'la cultura de la muerte'".
"Gracias a Dios no ha sido reconocido a nivel mundial el derecho al aborto", agregó.
"Es supremamente grave que una organización tan valiente como Amnistía International ceda a las presiones de las lobbies", lamentó el prelado.
El comunicado del Vaticano retoma las declaraciones que el cardenal Martino concedió a la agencia de noticias esadounidenses National Catholic Report.
Según el mismo medio, Widney Brown, uno de los dirigentes de Amnistía Internacional, recordó que 68.000 mujeres mueren cada año como consecuencia de un aborto clandestino.
Brown señaló que la decisión de Amnistía sobre el aborto fue tomada tras la campaña internacional contra la violencia en las mujeres.
La Iglesia Católica considera el aborto como un "asesinato" aún en el caso de que se decida después de una violación.
"Es definir un bebé en el vientre de su madre como un enemigo, algo que se puede destruir", comentó el cardenal Martino.
El prelado no precisó el valor de los aportes que la Iglesia Católica envía a la organización internacional, que al parecer no son muy altos.
En 1996, el Vaticano tomó una medida similar contra UNICEF, el fondo de Naciones Unidas para la infancia, acusada de promover el aborto.
UNICEF financiaba entonces campañas en los campos de refugiados de todo el mundo para que jóvenes, mujeres y adolescentes emplearan un espermicida post-coito para evitar quedar embarazadas.
La ayuda que UNICEF recibía por año del Vaticano era entonces de 2.000 dólares.
