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Investigan en Perú más 30 figuras llamas blancas en valle sagrado Inca

Las formas fueron descubiertas en 2004 en la ciudadela de Choqueirao, en Perú y se encuentra a más de 3.300 metros de altura.

21 de Julio de 2007 | 08:42 | EFE

TENERIFE.- Técnicos españoles han viajado a Perú para estudiar los restos arqueológicos de Choquequirao, ciudad "hermana" de Machu Picchu, en el departamento de Abancay, donde han aparecido más de 30 figuras geométricas de llamas de piedra blanca perfectamente alineadas, en lo que podría ser la entrada al valle sagrado de los incas.


Los integrantes de "Cenit expediciones", Gotzon Cañada, Rubén Naveros, Cipriano Carrillo, Erika Urquiola y Elena Perera, visitaron en marzo y abril la ciudadela inca, a más de 3.300 metros de altura en la cordillera de Vilcabamba, en la que en 2004 se hallaron las llamadas "Llamas Blancas" en los andenes o terrazas de cultivo.


En una entrevista con EFE explicaron que la ruta para llegar a la antigua ciudadela inca es bastante dura, pues no hay carretera y se tarda unos cinco días de marcha en mulas, con caminos muy resbaladizos, en temporada de lluvias y jornadas de más de 12 horas de travesía con una humedad cercana al cien por cien.


Pero "después del sufrimiento, los mosquitos y los resbalones lo que encuentras al llegar allí merece la pena", dice Naveros, técnico del planetario del Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife, quien recuerda que durante el viaje "llovía todas las noches".


Cañada, diseñador del Instituto de Astrofísica de Canarias, señala que tras limpiar la vegetación aparecieron 33 figuras de llamas blancas incrustadas sobre piedras, algo "muy extraño" que prácticamente no se ve en las construcciones incas, sino en culturas anteriores, como los Chapapoyas, al norte de Perú.


Se cree que puede haber más de un centenar de llamas blancas ornamentando el resto de andenes, precisa Carrillo, técnico del Museo de la Ciencia y el Cosmos, mientras Naveros apostilla que se supone que esta zona escarpada era la entrada al valle sagrado y por allí subían las caravanas con los cultivos de coca hasta Cuzco.


También se cree que las figuras de las llamas blancas se plantaban en el suelo y una vez armadas, las situaban sobre los muros de las terrazas, situadas en vertical y con apenas dos metros de ancho para los cultivos.


Los restos de Choquequirao fueron descubiertos por el antropólogo Percy Paz, quien explicó a la expedición española que estos vestigios son "únicos en el mundo" y están "saliendo a la luz" tras siglos ocultos por la selva, capaz de ocultar cualquier emplazamiento en cuestión de días.


Estos restos incas, al igual que los de Machu Picchu, están relacionados con el Sol, el dios inca "Inti", y también en Choquequirao se percibe el alineamiento de los templos con los solsticios y los equinoccios.


Estos hechos marcaban las principales fiestas incas, el "Inti Raymi" y el "Capac Raymi", los solsticios de invierno y de verano respectivamente, que iniciaban el calendario inca.
Los incas construyeron grandes templos de adoración al Sol y en casi todos los conjuntos arqueológicos se encuentra el "Intihuatana" un monolito tallado en piedra que imaginaban capaz de "amarrar" a la estrella en su camino por el cielo.


En su estudio de Choquequirao los miembros de la expedición notaban "que faltaba algo", esta clara orientación al Sol, hasta que un responsable del conjunto arqueológico les confirmó que hay enterrada una alineación de piedras relacionada con los solsticios que aún debe ser sacada a la luz.


Al parecer, este alineamiento tiene forma para algunos de "zampoña", la flauta de cañas típica del Perú, está formado por piedras blancas sobre suelo negro y tiene unas indicaciones muy precisas hacia los puntos cardinales y la salida del Sol.


Es allí donde se hacía el sacrificio ritual de las llamas, puntualiza Carrillo.


Naveros añade que aún falta mucho por descubrir de la cultura inca, con vestigios como el antiguo sistema de regadíos diseminados en cerros y cordilleras, pero el problema es que, a pesar de un convenio con la UNESCO, faltan recursos y los yacimientos arqueológicos están bastante descuidados.


Apunta además que de la cultura inca se mantiene el idioma "y poco más", pues ha desaparecido mucho de su conocimiento astronómico, y detalla su interés en "desmitificar" supercherías como las de la "actuación extraterrestre", pues esta civilización hizo sus construcciones "con medios tan sencillos como la palanca y el plano inclinado".

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