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Alan García pide calma: "Nadie va a morir de sed y nadie va a morir de hambre"

El Mandatario peruano reconoció algunos problemas en la distribución de ayuda a los damnificados, pero aseguró que mejorará paulatinamente.

17 de Agosto de 2007 | 14:52 | Agencias

PISCO.- El Presidente peruano, Alan García, pidió calma a los damnificados por el terremoto que sacudió el miércoles al país, ya que están desesperados debido al desorden que a su juicio ha primado en la distribución de la ayuda humanitaria que llega desde distintas partes del mundo.


Viviendas destruidas y personas haciendo enormes colas para recibir alimentos y agua forman parte del escenario alrededor de la plaza principal de Pisco, a más de 250 kilómetros al sur de Lima, uno de los lugares más golpeados por el poderoso sismo, de magnitud 8.


"Nadie va a morir de sed y nadie va a morir de hambre, eso puedo garantizarlo", dijo el Presidente Alan García, quien está recorriendo la zona.


El Mandatario reconoció algunos problemas en la distribución de ayuda a los damnificados, pero aseguró que mejorará paulatinamente.


"Lo más urgente en este momento era enterrar a las personas fallecidas y desplazar a los heridos más graves a Lima", precisó García.


El gobernante afirmó que en las últimas horas llegaron a Pisco más de 300 ataúdes y ya han sido trasladados 436 heridos. Además, como albergue momentáneo para los damnificados, se habilitarán centros educativos que estén en buen estado.


García recordó que lo que se necesita con mayor urgencia son alimentos y si alguna entidad desea realizar algún tipo de donación, puede coordinarla directamente con el Instituto Nacional de Defensa Civil.


Incertidumbre


En las periferias de Pisco, la situación no es muy diferente. En las afueras de las pocas tiendas de abarrotes abiertas o panaderías, se forman enormes filas en un intento por conseguir alimentos.


"Acá nos están obsequiando esto", dijo una mujer de 63 años, mostrando un pedazo de torta. "¿Usted cree que eso va alcanzar para vivir? !No! Pero aunque sea un pedacito sirve para cada uno de ellos", agregó, señalando a sus 10 nietos.


La mujer perdió su casa y ahora espera que alguien le diga qué debe hacer para conseguir que se la reconstruyan.


Según las autoridades, el 80 por ciento de las viviendas en Pisco se desplomó o presenta daños en su infraestructura.


"Las cosas han subido mucho de precio. Hay papas, cebollas pero ya no están en muy buen estado, pero qué le vamos a hacer, hay que agarrar lo que se pueda", dijo otra mujer de 30 años, saliendo de un mercado.


La incertidumbre se ha apoderado de los afectados por el sismo en Pisco. Muchos han optado por sentarse sobre lo que quedó de sus casas para evitar que delincuentes roben lo poco que resta de sus bienes.


Los dueños de negocios reforzaron la seguridad en sus locales por temor a saqueos, que según algunos pobladores ya se han producido.


El Presidente García prometió que las fuerzas del orden vigilarán estrictamente la zona para evitar actos de pillaje.

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