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Iglesia anglicana busca evitar cisma por sacerdotes homosexuales

Con 77 millones de fieles en el mundo (la mayoría en Estados Unidos), la institución está profundamente dividida desde que consagró en 2003 al primer obispo abiertamente gay.

21 de Septiembre de 2007 | 20:01 | AFP

NUEVA ORLEANS.- El arzobispo de Canterbury, Ronan Williams, dijo que espera evitar un cisma en la Iglesia Anglicana en sus negociaciones con la rama estadounidense de esta confesión, para intentar aplacar la crisis surgida a raíz de la ordenación de prelados homosexuales.


Líderes de la Iglesia Episcopal —la rama estadounidense del  anglicanismo—, dijeron que esperan responder a las conservadoras críticas que han recibido, cuando culmine la reunión de obispos la semana próxima.


Esta respuesta ocurrirá unos días antes de que venza el plazo que le  impusieron líderes anglicanos del mundo a la Iglesia Episcopal para que revierta su decisión de ordenar clérigos homosexuales y bendecir uniones de personas del mismo sexo.


La Iglesia Anglicana, una comunidad de 77 millones de fieles en el mundo dirigida por Ronan Williams, está profundamente dividida desde que la Iglesia Episcopal consagró en 2003 al primer obispo abiertamente homosexual, Gene Robinson, en la diócesis de Nueva Hampshire (noreste).


Las tensiones se acrecentaron el año pasado con la elección de una mujer al frente de la comunidad anglicana de Estados Unidos, que cuenta con 2,5 millones de fieles.


Una cumbre mundial de líderes anglicanos, que se reunieron en Tanzania en febrero, llegaron a la conclusión de que la Iglesia Episcopal debe inequívocamente prohibir las bendiciones a las uniones de homosexuales y detener la consagración de obispos de esa condición.


En un comunicado emitido tras aquella reunión, los líderes anglicanos le pusieron un plazo a la iglesia estadounidense hasta el 30 de septiembre para revertir su postura o, de lo contrario, dijeron los primados, sus relaciones con los demás anglicanos se verían perjudicadas.


Williams, al tiempo que reconocía la naturaleza polémica del debate, buscó minimizar la posibilidad de un cisma. "A pesar de lo que se ha dicho, no se trata de un ultimátum", dijo en una conferencia de prensa. Cuando se le preguntó si la iglesia está preparada para permitir que algunas congregaciones se separen, Williams respondió: "Pienso que sería más bien admitir una derrota si dijéramos que fuimos incapaces de trabajar juntos sobre temas que nos dividen".


"Si llegaremos a ese punto, no lo sé. Debo decir que Dios no lo permita", concluyó.

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