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Cristina Fernández mantiene a ministro que protagonizó conflicto por el gas con Chile

Julio de Vido continuará en la cartera de Planificación, según se anunció hoy. La Presidenta electa mantendrá a la casi totalidad de los miembros del Gabinete de su marido, el Mandatario Néstor Kirchner.

14 de Noviembre de 2007 | 12:22 | AFP

BUENOS AIRES.- La Presidenta electa de Argentina, Cristina Fernández, confirmó en su cargo al ministro de Planificación, Julio de Vido, según afirmó hoy el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al anunciar a las autoridades que acompañarán a la Mandataria durante su gobierno.


De Vido, considerado el hombre fuerte del Gobierno y resistido por sectores empresariales, es quien ha estado a cargo de las negociaciones por el precio del gas que se exporta a Chile, y en 2006 fue una de las autoridades que estuvo al centro de la polémica que se originó luego de que el gobierno trasandino anunciara un precio máximo a los envíos de gas a Chile y luego fijara uno mayor.


Fernández, quien asumirá la Presidencia el 10 de diciembre próximo, mantendrá a la casi totalidad de los miembros del Gabinete de su marido, el Mandatario Néstor Kirchner. La única gran excepción es la designación de Martín Lousteau, economista de 36 años y presidente del estatal Banco Provincia de Buenos Aires (BAPRO), como ministro de Economía.


Lousteau fue designado en 2006 como el más joven presidente del BARPO, la segunda entidad financiera del país por volumen de depósitos y créditos, y ahora será uno de los más jóvenes ministros económicos de la historia argentina.


La designación de Lousteau significará el alejamiento de Miguel Peirano, un cuadro técnico surgido de la poderosa Unión Industrial Argentina (UIA). Sin embargo, la Mandataria electa ha prometido que se conservará la alianza con los industriales, pilares de la recuperación del empleo y la producción.


Seguirán en sus puestos funcionarios estratégicos de Kirchner, como Fernández en la jefatura de Gabinete y el canciller Jorge Taiana.


A pedido de los líderes de la central obrera peronista CGT, continuará en su cargo el ministro de Trabajo, Carlos Tomada.


Aníbal Fernández pasará de ser el ministro del Interior a ocupar la cartera de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, en tanto que el Ministerio Político quedará en manos de Florencio Randazzo, mano derecha del gobernador kirchnerista de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá.


El traspaso de la función de Seguridad al área de Justicia es otra reforma ministerial anunciada por Fernández, el mayor operador político de los Kirchner, que en los hechos cogobiernan en Argentina.


Otro cambio en el futuro gobierno será la división del Ministerio de Educación, que estará a cargo del actual viceministro, Juan Carlos Tedesco, y el de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, a cargo del investigador científico Lino Barañao.


Seguirán en sus puestos dos hombres de la mayor confianza e intimidad de los Kirchner: el secretario general de la presidencia, Oscar Parrilli, y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.


En el Ministerio de Defensa también seguirá Nilda Garré, una ferviente defensora de derechos humanos que logró cultivar una relación con los cuadros militares aún sensibilizados por los juicios por los crímenes de la última dictadura (1976-1983).


En Desarrollo Social, que maneja millonarios subsidios a familias pobres y desocupados, continuará en el puesto la hermana del Presidente, Alicia Kirchner.

El 21 de julio de 2006, la Presidenta Michelle Bachelet se reunió con su par argentino, Néstor Kirchner, en Córdoba. En el encuentro, el Mandatario trasandino puso un techo de cuatro dólares por BTU como máximo a los envíos de gas a Chile.

La Jefa de Estado salió satisfecha de la reunión y auguró que los chilenos no tenían que temer cortes de gas.

Dos días después, el ministro argentino de Planificación, Julio de Vido, ratificó lo conversado por los presidentes y aseguró que Argentina no traspasaría a Chile el precio unitario que Bolivia le cobrara de más. Según sus cálculos, el valor para los chilenos llegaría a 4 dólares por BTU.

Sin embargo, en la misma semana la Casa Rosada decretó un alza que superó ampliamente el techo del que había hablado De Vido, quien se defendió diciendo: "No hay un solo centavo más. El precio (del gas) surge de la diferencia entre el valor absoluto del gas importado de Bolivia y el exportado a otros países".

El episodio incluso motivó que la Presidenta Michelle Bachelet le enviara una carta personal a Kirchner, para aclarar el cambio de posición de su país luego del "entendimiento" al que habían llegado en su cita de Córdoba.

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