MANILA.- Un grupo de oficiales del ejército filipino acusados de golpistas anunció su rendición ante una operación de las autoridades en el hotel exclusivo que ocuparon hoy después de salir abruptamente de una audiencia judicial y exigir la renuncia de la Presidenta Gloria Macapagal.
Al menos dos personas fueron heridas cuando soldados y comandos de elite tomaron por asalto el hotel Península en Makati, la zona comercial de Manila.
Las fuerzas del orden irrumpieron con un vehículo blindado por la entrada del vestíbulo en medio de una nube densa de gas lacrimógeno. Posteriormente, los "rebeldes" fueron detenidos, según constató un periodista de la AFP, y con las manos sobre la cabeza en señal de rendición, eran escoltados en el vestíbulo del hotel por militares fuertemente armados.
Los amotinados era cerca de 30, algunos de los cuales debían ser juzgados por un intento de golpe de Estado en 2003. Antes del asalto al hotel, habían ignorado un ultimátum de las autoridades, que les daba de plazo hasta las 15:00 horas locales para rendirse.
