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Ola de violencia tras muerte de Bhutto ha dejado al menos 33 muertos en Pakistán

Asimismo, numerosos vehículos, edificios oficiales y otros símbolos del gobierno de Pervez Musharraf, han sido quemados.

28 de Diciembre de 2007 | 16:58 | AFP

KARACHI.- El atentado que ayer costó la vida a la ex Primera Ministra y líder de la oposición paquistaní, Benazir Bhutto, y a otras 20 personas, provocó una ola de violencia en varios puntos del país que se saldó al menos con la muerte de 33 ciudadanos, según el último balance oficial.


Un total de 24 personas fallecieron en la provincia de Sind, sur del país, tierra natal de Bhutto, en los enfrentamientos que siguieron a la noticia de su muerte, en un atentado suicida a las afueras de Islamabad, según responsables locales.


Además, seis personas fueron quemadas vivas cuando una multitud encolerizada prendió fuego a una fábrica en Karachi, capital de la provincia, informó la policía. No se sabe hasta el momento si estas seis víctimas están incluidas en el saldo de 33 fallecidos, anunciaron fuentes oficiales.


"La multitud rodeó esta fábrica en el barrio de Korangi de Karachi. Prendieron fuego y seis personas fueron quemadas", afirmó un responsable policial. Los manifestantes también destrozaron una fábrica de medicamentos y una clínica privada de la ciudad.


Las fuerzas paramilitares que ayudan a la policía recibieron la orden de disparar contra los artífices de estos disturbios. En total, unos 16.000 hombres fueron desplegados en la región, 10.000 de ellos únicamente en Karachi.


"La situación está bajo control", aseguró el responsable de la policía, Muneer Ahmed Khoro.


Además, el llamado a la huelga lanzado por la oposición transformó a esa metrópolis de 12 millones de personas, habitualmente ruidosa, en una ciudad casi fantasma en la que la mayoría de habitantes prefirió encerrarse en sus casas.


Otras ocho personas fallecieron al explotar una bomba al noroeste del país, entre ellos un miembro del partido del Presidente Pervez Musharraf, según la policía.


El artefacto, activado a distancia, explotó cuando este hombre abandonaba un mitin electoral a las afueras de la ciudad de Mingora.


Por otra parte, en la provincia de Punjab, al centro del país, una persona murió en los enfrentamientos.


Numerosos vehículos, edificios oficiales y otros símbolos del gobierno de Musharraf, al que la oposición considera responsable de la muerte de Bhutto, acabaron calcinados. Junto a ellos ardieron bancos, restaurantes y centros comerciales a lo largo y ancho de este país de 160 millones de personas.


En Rawalpindi, ciudad vecina de Islamabad, la policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que se dirigían hacia la oficina del ex ministro Sheikh Rashid, un aliado de Musharraf.


La situación en otros puntos de Pakistán permanecía relativamente tranquila pero en todas las grandes ciudades se respiraba una gran tensión.


Esta ola de violencia se produce a dos semanas de las elecciones legislativas y provinciales en Pakistán, en las que Bhutto confiaba en derrotar a los adeptos de Musharraf.

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