RAWALPINDI.- Agentes antiterroristas británicos empezaron hoy a rastrear pistas en suelo paquistaní, para esclarecer el asesinato de la líder de la oposición, Benazir Bhutto, confirmaron las autoridades.
Comandos armados establecieron un cordón de seguridad mientras los detectives de Scotland Yard hacían su primera inspección en el parque público Liaqat Bath, donde Bhutto fue asesinada mientras abandonaba un mitin electoral el 27 de diciembre.
La llegada de la brigada británica de cinco hombres ha hecho hincapié en las teorías conspiratorias alrededor del atentado suicida que acabó con la vida de Bhutto y que desató violentos disturbios en todo el país, obligando además a aplazar las elecciones legislativas del 8 de enero hasta el 18 de febrero.
"El equipo de Scotland Yard está examinando el lugar donde tuvo lugar el mitin y el sitio donde fue atacada", dijo un oficial de la policía de Rawalpindi, la localidad donde ocurrió el atentado.
El ministerio paquistaní del Interior culpó del ataque a un presunto militante de Al Qaeda y afirmó que Bhutto murió de una herida accidental en la cabeza que se produjo al tratar de cubrirse cuando un hombre armado abrió fuego sobre su caravana.
Sin embargo, algunos miembros de su partido que se encontraban a su lado en el momento del suceso, señalaron que la ex Primera Ministra recibió un disparo en la cabeza.
Su marido, Asif Ali Zardari, rechazó que se le realizara una autopsia antes de que el cuerpo fuera enterrado, diciendo "ya sabemos cómo murió".
El Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) dijo que la misión de Scotland Yard, invitada por el Presidente Pervez Musharraf, es un intento sin sentido de dar credibilidad a una versión oficial de los hechos profundamente viciada.
"El propio Musharraf dijo que no se permitiría al equipo de Scotland Yard preguntar a aquellos de quienes sospechamos. Así que ya ha circunscrito su papel", dijo el portavoz del PPP Farhatula Babar.
"Respetamos a Scotland Yard, pero esto es inadecuado", agregó.
El jueves pasado, Musharraf se molestó cuando se le preguntó si se permitiría a los británicos interrogar a los políticos y al jefe de los servicios secretos a quien Bhutto había acusado ya de planear su muerte, diciendo que no habría ninguna "caza de chivos expiatorios".