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Benedicto XVI pide a obispos más rigor para iniciar procesos de beatificación

Próximamente serán publicadas una serie de normas a seguir frente a la apertura de un proceso de beatificación.

08 de Enero de 2008 | 15:44 | AFP

CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI pidió más rigor a los obispos para iniciar los procesos de beatificación de los futuros santos y beatos de la Iglesia Católica, indicó hoy el cardenal José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.


En un artículo publicado por el diario de la Santa Sede "L'Osservatore Romano", el cardenal portugués, que se encarga desde hace varios años de la llamada "fábrica de santos", anunció la próxima publicación de una serie de normas a seguir frente a la apertura de un proceso de beatificación.


Todo proceso para alcanzar la gloria de los altares se inicia con un pedido por parte de los fieles a sus obispos para que se proclame la beatificación del candidato, primer paso para la canonización.


Según el cardenal Saraiva Martins, el Vaticano invitará a los obispos a ser más sobrios y rigurosos con las solicitudes de apertura de procesos que se presenten en sus diócesis.


"Así se responde al nuevo espíritu introducido por Benedicto XVI", explicó al diario de la Santa Sede.


Para la Iglesia, el beato es un ejemplo de católico para la iglesia local, mientras el santo tiene un carácter universal.


Antes de 1594, los beatos y los santos eran proclamados "vox populi" (por aclamación popular) o porque se les rendía culto "immemorabili" (desde tiempos inmemoriales).


Como resultado de ese sistema, se santificaron personajes inexistentes, incluso en opinión de la Iglesia Católica, a tal punto que bajo el pontificado de Pablo VI, en el siglo XX, se procedió a una verdadera depuración del santoral.


La reforma del Código de Derecho Canónico, adoptada en 1983 por Juan Pablo II, facilitó el proceso que conduce a la santidad.


Para lograr la beatificación, sólo se necesita que se certifique un milagro, y con otro se puede obtener la canonización, salvo en el caso de los mártires.


Generalmente es el obispo de la diócesis a la que pertenece el "candidato" quien pone en marcha el proceso de beatificación, pero sólo se puede hacer cinco años después de su muerte.


Una vez realizado el pedido, se pone en marcha una investigación y se reúnen los testimonios necesarios para completar el expediente con las pruebas.


Al inicio de su pontificado, Benedicto XVI decidió que no presidirá en el Vaticano la proclamación de nuevos beatos, como ocurría con Juan Pablo II.

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