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Carnicero argentino confiesa que decapitó a chico de 12 años en rito satánico

La confesión permite continuar con el esclarecimiento del crimen, uno de los más escabrosos de los últimos años en Argentina, y en el que aún falta por localizar a los autores intelectuales.

17 de Enero de 2008 | 01:37 | EFE

BUENOS AIRES.- Un joven carnicero detenido recientemente en Argentina confesó hoy ante la justicia su participación en el brutal crimen de un chico de 12 años que fue violado, asesinado y descuartizado durante un rito satánico.


"Con este testimonio se cierra el círculo sobre los autores materiales del asesinato" de Ramón Ignacio González, perpetrado en la provincia de Corrientes (noreste) en 2006, aseguró el fiscal del caso, Gustavo Schmitt.


Por el crimen hay siete personas detenidas y la última de ellas, apresada hace una semana en la periferia de Buenos Aires, es un joven que al ser indagado por el juez que investiga el hecho "se quebró" y admitió haber degollado y decapitado al menor.


"Declaró que fue contratado para asesinar a Ramón durante un juego satánico", sostuvo el fiscal antes de aclarar que todavía resta localizar a las personas "que encargaron y financiaron el homicidio".


El último detenido, apellidado Beguiristain y cuyo nombre no fue divulgado, había trabajado como carnicero durante varios años y en su declaración aportó datos sobre otras "dos personas que también tuvieron una activa participación en la noche del crimen".


El joven, conocido como "El Brujo", fue procesado junto a los otros seis sospechosos y la policía todavía busca a uno de los principales implicados, identificado como Daniel Alegre.


Ramón González desapareció el 5 octubre de 2006 y dos días después su cuerpo fue hallado descuartizado y con signos de haber sido abusado sexualmente cerca de una estación de autobuses de Corrientes, en la que el chico solía pedir limosna y dormir.


Durante la investigación, una joven que al parecer fue obligada a presenciar el ritual en el que fue asesinado Ramón aportó un testimonio clave para detener a los siete sospechosos.


Después de violar al menor varias veces y de matarlo, "lo pusieron arriba de una hostia negra y juntaron la sangre del cuerpo" de la víctima, relató.


La testigo dijo que el rito fue fotografiado y sus participantes "se tomaron de las manos con la sangre de Ramón, anunciaban a las próximas víctimas y estaban seguros de que las almas de varios desaparecidos estaban allí presentes y brindaban con ellos".