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Ex rehén revela en libro humillaciones de las FARC contra Ingrid Betancourt

John Frank Pinchao, quien logró fugarse tras ocho años de secuestro, afirma que las represalias contra la ex candidata presidencial colombiana comenzaron luego de que ésta intentara escapar y fuera recapturada cinco días más tarde.

31 de Enero de 2008 | 15:13 | AFP
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Agencias

BOGOTÁ.- Los rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), especialmente los tres estadounidenses y la ex candidata presidencia Ingrid Betancourt, son sometidos a duras humillaciones, revela en un libro el policía John Frank Pinchao, ex secuestrado que hace nueve meses se fugó de los rebeldes.


Pinchao cuenta detalles de la vida cotidiana de los cautivos, su sufrimiento y permanente deambular de un campamento a otro, en el texto titulado "Mi fuga hacia la libertad", que escribió tras escapar después de ocho años de secuestro.


Un aparte lo dedica a narrar una fallida evasión de Betancourt y el ex congresista Luis Eladio Pérez, quienes fueron recapturados cinco días más tarde.


Fue entonces que los guerrilleros decidieron encadenarlos por primera vez. "Primero procedieron con Lucho (Pérez) y luego con Ingrid, pero ella se resistía", relata.


Luego comenzaron las represalias contra Betancourt, secuestrada desde febrero de 2002 y que forma parte de los 43 rehenes que las FARC proponen canjear por 500 rebeldes presos.


"Cuando le daban ganas de ir al baño por la noche llamaba a los guardias, pero ellos se hacían los sordos y tenía que esperar durante muchos minutos. Como era de noche le alumbraban el camino, pero algunos le apagaban la linterna para que no pudiera ver", indica Pinchao.


Una noche, prosigue, "Ingrid pegó un grito de dolor que nos despertó a todos" pues "se tropezó con un palo y cayó sobre una estaca que se le incrustó en la rodilla y le causó una herida poco profunda".


"Su recuperación duró mucho tiempo", agrega, y Betancourt se vio obligada a caminar con dificultad y despacio, pues "es un sitio difícil de sanar y (la herida) siempre terminaba por abrirse de nuevo".


Pinchao también relata que la política tuvo que hacer frente varias veces al acoso de guerrilleros que la observaban mientras se bañaba en los riachuelos o cuando hacía uso del baño improvisado en la selva.


Los rebeldes la vigilaban permanentemente por sus continuos intentos de fuga y le prohibieron hablar con los tres rehenes estadounidenses, a los que Betancourt se dirigía en inglés.


Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell, contratados por su gobierno para realizar tareas antidrogas del Plan Colombia, fueron retenidos por la guerrilla cuando el avión en que hacían su labor se estrelló en una zona del sur controlada por las FARC en febrero de 2003.


Los estadounidenses, señala Pinchao, contaron que el avión en que viajaban sufrió fallas técnicas y aterrizaron de emergencia.


"Cuando los americanos estaban fuera del aparato los guerrilleros impactaron el avión, creo que con un rocket, luego los desnudaron pensando que tenían algún dispositivo electrónico, un chip para localización como en las películas, y los hicieron caminar desnudos por la selva", añade.


Luego les dieron botas de caucho, pequeñas para su talla, y por eso tuvieron que recortarlas, "de manera que los dedos les quedaran por fuera y terminaron con heridas muy serias".


El policía no disimula su admiración por Ingrid Betancourt, quien era rebelde con sus captores pero siempre atenta con compañeros de infortunio, como cuando actuaba de enfermera con Luis Eladio Pérez o enseñaba francés o natación a otros.


En las conversaciones compartía su sueño de ser Presidenta para acabar con la corrupción, lograr educación gratuita para todos los niños colombianos, fundar en la selva una ciudad como Brasilia para los millones de desplazados o construir el metro en Bogotá.


"Ingrid fue mi luz, mi camino, mi guía en los momentos en que estaba en la oscuridad", finaliza Pinchao.

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