LISBOA.- El ministro de Justicia de Portugal, Alberto Costa, está dispuesto a comparecer ante el Parlamento por el caso Madeleine, después de que la Policía Judicial (PJ) reconociera que fue precipitado declarar sospechosos a los padres de la desaparecida niña británica.
"El ministro de Justicia, como siempre, está disponible para prestar declaraciones en el Parlamento", dijo hoy una fuente de su Gabinete.
Costa manifestó ayer que mantiene la confianza en el director de la Policía, Alipio Ribeiro, a pesar de sus declaraciones del fin de semana, y afirmó que el hecho que siguiera en su puesto dejaba claro cuál era su parecer sobre la polémica.
El conservador Partido Popular (CDS-PP) ya expresó su intención de convocar al titular de Justicia ante el Parlamento para que responda a las afirmaciones de Ribeiro de que "hubo cierta precipitación" en declarar al matrimonio McCann sospechosos formales de la desaparición de la niña.
Por su parte, el líder parlamentario del Partido Social Demócrata (PSD), Pedro Santana Lopes, consideró hoy que deben existir "razones muy fuertes" que expliquen las manifestaciones del director policial.
Según Santana Lopes, si no se dan a conocer éstas, las palabras de Ribeiro resultarían "incomprensibles".
Las declaraciones de Ribeiro provocaron también que el portavoz de los padres de Madeleine McCann solicitaran a las autoridades portuguesas la retirada del estatuto de "arguidos" (potencialmente sospechosos) a sus representados.
La desaparición de Madeleine de la Playa de La Luz, el pasado 3 de mayo, se convirtió en un caso mediático que no tardó en traspasar al ámbito político, con supuestas presiones desde Londres a favor de la exculpación del matrimonio McCann.
El pasado 6 de diciembre fue lanzado el libro "La culpa de los McCann", del periodista portugués Manuel Catarino, que asegura que la investigación de la Policía lusa sobre el caso Madeleine estuvo coartada y limitada por las presiones del Gobierno británico.
En la obra, Catarino, jefe de redacción del "Correio da Manha", diario de corte sensacionalista, afirma que antes de que las autoridades lusas fueran informadas de la desaparición de la niña, el entonces futuro Primer Ministro británico, Gordon Brown, ya lo sabía por un amigo común de Gerry McCann, el padre de Madeleine.
El autor señala que, en la noche de la desaparición de la pequeña, el director de la Policía Judicial fue informado del supuesto secuestro de la menor no por sus subordinados, sino por el embajador británico en Portugal, John Buck.