EDINBURG.- Funcionarios federales dijeron el viernes que elevarán un trecho los diques en el Río Grande en Texas en lugar de construir una pequeña sección de un controvertido muro en la frontera de México y Estados Unidos a través de la propiedad de personas reacias a su construcción.
El acuerdo sólo se aplica a 35 kilómetros de la frontera en el condado Hidalgo, una pequeña sección de 595 kilómetros de valla fronteriza que el Departamento de Seguridad Interior piensa construir a final de año.
"Esto servirá tanto a la necesidad de la Patrulla Fronteriza de tener una barrera efectiva contra el tráfico y la migración ilegal y a la necesidad de esta comunidad de mejorar sus diques y protegerse contra los desastres naturales", dijo a periodistas el Secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff.
"Este es un gran ejemplo de un proyecto que cuando esté terminado a fin de este año servirá a esas dos funciones. Es un resultado donde todos ganan", agregó, en el cuartel general de la patrulla fronteriza en Edinburg, Texas.
Los diques son terraplenes hechos por el hombre para evitar las inundaciones. Los que existen en el lugar serán reforzados con barreras de concreto de seis metros de alto con caras verticales.
Stefanie Herweck de la Coalición Sin Muralla Fronteriza dijo que la afirmación del Gobierno "de que estas nos son murallas es sólo una historia. Ellos están haciendo que esto suene mejor de que lo que es".
El gobierno federal dice que la muralla es necesaria para detener el flujo de inmigrantes ilegales desde México, pero es tremendamente impopular entre las comunidades que viven a ambos lados de la frontera.
Los rancheros están preocupados de su acceso al río y otros dueños de propiedades no quieren que la valla divida sus tierras. Ecologistas temen que las rutas de migración de las especies salvajes puedan resultar bloqueadas, mientras que los aficionados a salir a acampar no quieren perder su acceso al Río Grande.
Una mujer de Texas cuya propiedad ha estado en su familia por más de 250 años ha presentado una demanda colectiva para evitar que el Gobierno de Estados Unidos inspeccione sus tierras para construir la muralla fronteriza, en la última disputa contra los esfuerzos federales para luchar contra la inmigración ilegal.
Los abogados de Eloisa Tamez, una descendiente de colonos vascos y nativos estadounidenses, presentaron la demanda contra Chertoff el miércoles en la corte de distrito de Estados Unidos en Brownsville, Texas.