BOGOTA.- Las autoridades carcelarias de Colombia descubrieron el miércoles dos armas y 5.700 dólares en efectivo en una prisión en donde permanecen recluidos jefes de los antiguos escuadrones paramilitares, que de ser responsables perderían beneficios jurídicos, informó el Gobierno.
El Instituto Nacional Penitenciario reveló que el hallazgo de una pistola, una granada y el dinero, elementos prohibidos en las prisiones colombianas, se produjo en la Cárcel de Alta Seguridad de Itaguí, cerca a la ciudad de Medellín, 220 kilómetros al noroeste de Bogotá.
En esa cárcel permanecen confinados los principales jefes de los escuadrones paramilitares de ultraderecha que se desmovilizaron y entregaron las armas en medio de una negociación de paz con el Gobierno del Presidente Álvaro Uribe.
El viceministro de Justicia, Guillermo Reyes, dijo que se inició una investigación para establecer a quién pertenecían el dinero y las armas.
El funcionario advirtió que si se comprueba que los elementos eran de alguno de los ex líderes paramilitares, el responsable perderá los beneficios jurídicos que obtuvo con la negociación, que incluyen una sentencia de máximo ocho años de cárcel y el compromiso de no ser extraditados.
Algunos jefes de esos escuadrones, acusados de masacrar a miles de civiles en medio de su guerra sucia contra la guerrilla izquierdista, están pedidos en extradición por Estados Unidos por acusaciones de narcotráfico, mientras que en Colombia afrontan procesos por asesinatos, secuestros, desapariciones y torturas.
"Se ha restringido inmediatamente las visitas y los beneficios de los cuales gozaban", aseguró Reyes.
Entre los jefes paramilitares que son investigados figuran Salvatore Mancuso, Iván Roberto Duque y Freddy Rendón Herrera.
Los escuadrones paramilitares, acusados de cometer las peores violaciones a los derechos humanos en medio del conflicto de Colombia, surgieron en la década de 1980 como ejércitos privados financiados por ganaderos, terratenientes, comerciantes y narcotraficantes para defenderse de los ataques de la guerrilla.
El Gobierno colombiano asegura que esos grupos armados ilegales desaparecieron con el proceso de paz, aunque admite que surgieron nuevos escuadrones que están al servicio del narcotráfico en algunas zonas del país, pero no tienen ninguna organización política ni ideológica.