MOUNT KUMGANG.- Nadadores sincronizados y un coro de soldados celebraron el sábado el cumpleaños de un hombre considerado por la prensa estatal de Corea del Norte como "un pensador destacado", aunque el misterio aún rodea la elección de un sucesor para el líder.
El líder comunista Kim Jong-il cumplió 66 años mientras encabeza un Estado que lo adora como si fuera una deidad, aunque el país ha seguido hundiéndose en la pobreza durante su mandato.
"Sólo la victoria y la gloria esperan al Ejército y el pueblo de Corea del Norte mientras tengan a Kim Jong-il", dijo la agencia de noticias oficial KCNA en uno de sus numerosos comentarios en que elogiaba al líder.
Habitualmente, Kim evade las celebraciones que la propaganda norcoreana llama "el día más auspicioso de la nación".
Pero ello no impidió que miles de personas bailaran en las calles de Pyongyang, que acróbatas actuaran en su honor o que nadadores sincronizados presentaran una rutina mientras otros cantaban "Nuestro general es lo máximo".
Kim sufre de enfermedades crónicas y aunque se lo ha elogiado por su buen estado físico, la atención está centrada en quién de sus tres hijos conocidos podría sucederle.
El fundador de Corea del Norte Kim Il-sung tenía 62 años cuando nombró a Kim Jong-il como su sucesor, dándole a su hijo décadas para reforzar la confianza en el poder militar del país.
El profesor de la Universidad de Dongseo Brian Myers, especialista en la ideología norcoreana, dijo que Kim cada vez tiene menos tiempo para nombrar a un sucesor, dado que se necesitan varios años para construir el culto a un nuevo líder en ese país.
"Me inclino a pensar que Kim Jong-il no está preocupado para nada en lo que pasará después de su muerte", sostuvo Myers.
"El podría pensar que sus hijos estarán mejor con mucho dinero y sin una carga política en una Corea unificada con Seúl de lo que estarían si tuvieran que recibir el mando y luego luchar para defenderlo", agregó.