BEIJING.- Beijing tiene previsto cerrar 40 factorías antes de que finalice el año, varias de ellas a finales de junio, como parte de un paquete de nuevas medidas para ganar el pulso que libra contra la polución de la ciudad y que tiene en jaque a la organización de los Juegos Olímpicos.
Las medidas, publicadas por el gobierno municipal de Beijing, exigen a todas las factorías de la ciudad mantener un estricto control sobre sus emisiones, a fin de que no superen los niveles permitidos, antes de que acabe junio, fecha para la que habrán cerrado sus puertas tres de las empresas más contaminantes de la ciudad.
Las plantas térmicas y las compañías de calefacción deberán instalar cuanto antes mecanismos para el control de sustancias contaminantes como dióxido de azufre.
A pesar de los miles de millones de dólares invertidos por Beijing para atajar la intensa contaminación que padece, la ciudad ha venido siendo objeto de críticas por deportistas y expertos en los últimos meses.
El fondista etíope Haile Gebreselassie se ha quejado públicamente en Beijing de las condiciones medioambientales para la disputa de carreras de fondo puso en tela de juicio su participación en los Juegos del próximo verano.
El propio presidente del COI, el belga Jaques Rogge, anunció el año pasado que algunas pruebas especialmente duras, como el maratón, podrían ser reprogramadas si las condiciones medioambientales pudiesen suponer un peligro para la salud de los atletas.
Por su parte, el Comité Organizador de Beijing 2008 (BOCOG) ha asegurado esta misma semana que ninguna prueba olímpica programada para ser celebrada en Beijing cambiará de destino, aunque ha admitido la posibilidad de que sufran retrasos en el calendario si las condiciones ambientales no son propicias para la competición de alto nivel.