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Ecuador aumenta presencia militar en frontera con Colombia

El gobierno ecuatoriano reaccionó con insatisfacción ante la negativa del gobierno de Alvaro Uribe a admitir una incursión en su territorio.

02 de Marzo de 2008 | 19:48 | EFE

QUITO.- El Gobierno de Ecuador se mostró hoy insatisfecho por la respuesta inicial de Colombia, que no admite la violación de territorio ecuatoriano en una operación en la que murió el sábado el portavoz internacional de las FARC, "Raúl Reyes".


Ante esa negativa, el gobierno ecuatoriano ha reforzado su presión diplomática y militar, con el retiro de su embajador en Bogotá, Francisco Suéscum, y el aumento de la presencia militar en la frontera.


También altos cargos del Gobierno y jefes militares de Ecuador acudieron hoy a la zona selvática de Angostura, donde fue abatido Reyes y otros dieciséis guerrilleros, un lugar que se encuentra a más de dos kilómetros de distancia de la línea fronteriza, distancia que, según Quito, demuestra la violación territorial.


Además, el hecho de haber encontrado semidesnudos a los guerrilleros abatidos, ha llevado a las autoridades ecuatorianas a pensar que fueron "masacrados" mientras dormían.


El presidente de Ecuador, Rafael Correa, expresó ayer su malestar ante lo que consideró una "mentira" de su colega colombiano, Álvaro Uribe, quien el sábado por la mañana le informó que la operación se dio en la línea de frontera y que obedeció a una reacción de defensa ante una presunta respuesta de fuego de la guerrilla.


Correa aseguró que iría "hasta las últimas consecuencias" ante la "agresión" colombiana a su territorio y soberanía.


Las Fuerzas Armadas de Ecuador se han declarado en "alerta" y han reforzado el dispositivo de seguridad en la zona limítrofe, con la misión de no permitir ningún "ultraje" a la patria.


Los militares ecuatorianos encontraron en Angostura el campamento clandestino, quince cadáveres y a tres guerrilleras heridas, que fueron trasladadas a Nueva Loja, la capital de la provincia de Sucumbíos, fronteriza con el departamento colombiano de Putumayo.


El propio ministro de Defensa, Wellington Sandoval, acudió al lugar de los hechos para comprobar "in situ" que se encontraba en territorio ecuatoriano.


Asimismo, el ministro coordinador de Seguridad Externa e Interna, Gustavo Larrea, fue a esa zona escondida en la selva amazónica, junto con Sandoval, altos mandos militares y varios periodistas.


Larrea ha asegurado que el incidente en Angostura es "el atentado más grave a la soberanía ecuatoriana cometido por Colombia, al menos, en lo que va del siglo".


De su lado, la Cancillería ecuatoriana convocó hoy al embajador de Colombia en Quito, Carlos Holguín, en una vuelta más de tuerca a la presión diplomática ejercida por Ecuador, que no descarta acudir a instancias internacionales para denunciar al Gobierno de Bogotá.


La Cancillería ratificó hoy que retirará "de inmediato" a su embajador en Bogotá, que se espera llegue esta misma noche a Quito.


Todo ello por "los graves hechos ocurridos en la zona fronteriza, que constituyen una trasgresión a los principios de soberanía e integridad territorial amparados por el derecho internacional", según el Gobierno ecuatoriano.


La Cancillería también ha exigido al presidente Uribe, quien ha asumido toda la responsabilidad de la operación, explicaciones y una "disculpa formal”.


No obstante, a la Cancillería ecuatoriana le preocupa que la respuesta inicial de Colombia sea la de negar la incursión, actitud que Bogotá ya ha asumido en otras oportunidades, cuando se han registrado incidentes fronterizos.


Y es que el incidente en Angostura se suma a otros registrados en los últimos tres años en la caliente frontera común.


Ecuador ha presentado a Colombia varias protestas enérgicas, ante supuestas incursiones en su territorio, así como por la muerte de ecuatorianos en la zona fronteriza, aparentemente por fuego de militares colombianos.


Quito también ha amenazado con acudir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya para demandar a Colombia por el uso del herbicida glifosato en las fumigaciones aéreas efectuadas contra los cultivos ilegales en la frontera, que, según Ecuador, han causado efectos nocivos a poblaciones y a la naturaleza en su territorio.