QUITO.- Ecuador seguirá buscando la liberación de Ingrid Betancourt, que según Quito se frustró por culpa del ataque colombiano contra las FARC en suelo ecuatoriano, "sin pedirle permiso ni a Uribe ni Bush", dijo el ministro de Seguridad Gustavo Larrea en una entrevista con la AFP.
Afectada por una Hepatitis B, Betancourt hacía parte de un grupo de 12 rehenes, incluidos tres estadounidenses, que el grupo marxista había ofrecido liberar al gobierno ecuatoriano este mes en su territorio, dijo el presidente Rafael Correa.
Pero el operativo, según el mandatario, se frustró cuando tropas colombianas incursionaron en Ecuador y mataron al jefe Raúl Reyes, el contacto de las FARC con el exterior para tratar el caso de los secuestrados, desatando de paso la ruptura de relaciones diplomáticas entre Bogotá y Quito.
El gobierno de Uribe negó dichas gestiones señalando que lo realizado por Quito tenía más bien "las características de tráfico de secuestrados".
La embajada francesa en Ecuador, por su parte, aseguró que estaba al tanto de los contactos para la devolución de la política colombo-francesa.
Larrea, acusado por Colombia de tener tratos políticos con las FARC, repasa los hechos y con tono menos sereno apunta: "para pelear contra la guerra, contra el secuestro, contra los delitos de lesa humanidad sólo se necesita conciencia y no permiso".
"Nosotros no tenemos permiso ni de Uribe ni de Bush ni de nadie. ¡Permiso p'a qué carajo! ¿Para pedir la liberación de gente, que como en el caso de Ingrid está afectada de salud?", se interroga retomando rápido la compostura.
El ministro de Seguridad Interna y Externa dirige sus palabras contra el presidente colombiano, de quien incluso Correa sospecha haber planeado el ataque justamente para torpedear la entrega de rehenes.
Según Larrea, el distanciamiento entre los dos gobiernos no evitará que continúe gestionando el regreso de Betancourt, a quien ya libre ve "jugando un papel muy importante en la historia de América Latina en los próximos años".
"Si lo hacen en territorio ecuatoriano sepan que nosotros estaremos ahí; sepan que recibiremos a los secuestrados y les daremos la atención médica y humanitaria", afirmó dirigiéndose ahora a las FARC.
Larrea precisó que antes de la incursión colombiana el grupo insurgente había acordado que le avisaría al gobierno 24 horas antes de entregar a los rehenes en Ecuador, para que activara un dispositivo de recibimiento.
"Teníamos preparado un equipo médico para que atendiera las posibles enfermedades de Ingrid, que tiene Hepatitis B, según sabemos por parte de ex rehenes. La idea era trasladarla al momento a un hospital de Quito", detalló.
Pero de acuerdo con el funcionario, "el operativo humanitario tuvo un golpe muy fuerte, que esperamos no sea un golpe mortal"."Los canales (que habíamos habilitado con la guerrilla) están complejos y difíciles, por decir lo menos, por eso nuestro llamado público a las FARC, ya no por canales directos, para que liberen a Ingrid y demás secuestrados", comentó.
Larrea justificó la intervención del gobierno de Correa señalando que "sólo un gesto humanitario de parte del Estado y de la guerrilla" abrirá el camino de la paz en Colombia, de cuyo conflicto Ecuador también se siente víctima por el paso de desplazados y la inseguridad en la frontera.