Escándalo en el Congreso de Perú por absolución a parlamentaria

LIMA.- El Congreso de Perú quedó envuelto hoy en otro escándalo, después de que en una sesión secreta celebrada la noche del miércoles absolviera a la parlamentaria oficialista Tula Benites, acusada de contratar a empleados "fantasmas" a costa del erario público.

"Qué vergenza!", coinciden en titular hoy en portada dos de los diarios más importantes del país, "Perú 21" y "La República".

 "Primó un lamentable espíritu de cuerpo en lugar de la justicia", se lamenta también en primera plana "Correo", mientras "El Comercio" deplora "el regreso de otorongo", figura que hace referencia a que los congresistas no se atacan entre ellos.

El gobernante Partido Aprista Peruano (PAP) se alió en el Legislativo con la Alianza por el Futuro, del ex presidente Alberto Fujimori, para salvar a Benites de una acusación constitucional, una maniobra que según los analistas le puede costar caro en materia de credibilidad.

"¿Cuánto vale Benites para el PAP que este partido está dispuesto a embarrarse por ella? ¿Qué compromisos existen alrededor de esa parlamentaria que llevan al gobierno a jugarse por ella, mandando al archivo no el caso Benites, sino la promesa de que durante el segundo gobierno de Alan García, a diferencia del primero, se iba a combatir en serio a la corrupción?", se planteó el analista Augusto Álvarez Rodrich.

El malestar, que también se reflejaba hoy en las llamadas de los oyentes a las radioemisoras, aumentó por la supuesta solidez de las pruebas contra la parlamentaria, por la maniobra del oficialismo para forzar una sesión privada y porque la opositora Elsa Canchaya, acusada de idénticos cargos, sí fue sacada meses antes del Congreso y puesta a responder ante la justicia.

Asimismo, causó incomodidad que la acusada votara a su favor, cuando lo usual en esos casos es la abstención. Según el parlamentario opositor Johnny Lescano, esa actitud podría ser motivo para anular la volación, pues, argumentó, la abstención del acusado no es sólo una decisión ética, sino también una obligación legal.

Benites, de 46 años y con paso poco destacado por el Congreso, se salvó porque se necesitaban 48 votos para aprobar la acusación y sólo se obtuvieron 39 entre los 94 parlamentarios presentes.