BEIJING.- Un oficial tibetano dijo que el gobierno local "manejará duramente" a los manifestantes en Lhasa, poco después de que se produjeran violentos incidentes en la zona que dejaron varios heridos y, según algunas fuentes, incluso muertos.
El cabecilla del gobierno regional, Champa Phuntsok, afirmó a la agencia AP que "nosotros no abrimos fuego, aunque manejaremos duramente a estos criminales que están llevando a cabo actividades para dividir a la nación", en una pausa de la sesión legislativa anual de China.
Las manifestaciones de este viernes dejaron muertos, según fuentes hospitalarias y organizaciones de defensa de los tibetanos, y causaron heridos según la agencia Nueva China.
Vuelta a la calma
La situación era de tranquilidad en Lhassa la mañana del sábado, el día siguiente de la violencia registrada en la capital tibetana, según afirmó la agencia oficial Nueva China.
Según la agencia -que citó a testigos-, coches y motos calcinados cubrían las calles de la ciudad, donde fueron incendiados comercios y una mezquita el viernes.
Estos actos violentos, coincidiendo con el 49º aniversario del alzamiento antichino en Lhassa, dejaron varios muertos según fuentes hospitalarias y organizaciones de defensa de los tibetanos, y causaron heridos según la agencia Nueva China, entre ellos numerosos policías.
Un testigo contactado la mañana del sábado por la AFP describió una ciudad en calma y patrullada por las fuerzas del orden."Hay muchos policías armados y soldados en las calles. He visto tanques y vehículos de patrulla", indicó ese testigo chino, que requirió anonimato.
"Las fuerzas del orden bloquean las calles y controlan los vehículos pero los automóviles son muy escasos, no hay taxis", añadió por teléfono."Los habitantes chinos no se atreven a salir, todos los comercios están cerrados", agregó el testigo.