BASE AEREA BALAD, Irak.- Estados Unidos tiene la intención de completar su misión en Irak y no permitirá que el país se convierta en terreno de preparación de nuevos ataques terroristas contra estadounidenses, dijo el martes el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney.
"Todos los estadounidenses pueden tener la certeza de que tenemos la intención de completar la misión, para que otra generación de estadounidenses no tenga que volver aquí y hacerlo de nuevo", dijo Cheney a unos 3.000 soldados de su país en la Base Aérea de Balad, 70 kilómetros al norte de Bagdad.
La guerra en Irak, que esta semana ingresa en su sexto año, es profundamente impopular en Estados Unidos y ha contribuido a los bajos niveles de apoyo al presidente George W. Bush, siendo un tema importante en la elección presidencial estadounidense.
Los precandidatos presidenciales demócratas Hillary Clinton y Barack Obama están a favor de retirar las tropas de Estados Unidos, mientras que el candidato republicano, John McCain, apoya mantener grandes cantidades de soldados en Irak hasta que el país esté más estable.
Cheney, que está en una visita a Irak para evaluar el éxito de un refuerzo de tropas estadounidenses, describió el lunes la invasión de Estados Unidos a Irak en el 2003 como una "empresa exitosa" y prometió al primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, el inquebrantable apoyo estadounidense.
"No tenemos intención de abandonar a nuestros amigos o de permitir que este país (...) se convierta en terreno de preparación para nuevos ataques contra estadounidenses", dijo Cheney, arquitecto de la invasión del 2003, a los soldados en Balad.
El Gobierno de Bush dijo que abandonar Irak demasiado pronto socavaría los logros en seguridad y permitiría a los militantes de Al Qaeda allí reagruparse, potencialmente representando una futura amenaza para Estados Unidos.
El vicepresidente pasó la noche con su esposa, Lynne, en un remolque en Balad, una de las mayores bases aéreas estadounidenses en Irak. En las primeras horas hubo una descarga de fuego de morteros y artillería que duró varias horas.
Megan Mitchell, portavoz de Cheney, dijo a periodistas que viajaban con él que las tropas estadounidenses en la base habían lanzado fuego preventivo contra áreas en las que creen que "está ubicado el enemigo".
Tomando más tarde con las tropas un desayuno con huevos, salchichas y tocino, Cheney contó a periodistas que nadie le había dicho qué era el ruido. "Nadie vino corriendo a despertarme", manifestó.