BOGOTÁ.- Un campesino aseguró que la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt fue llevada a un puesto de salud por cinco rebeldes de las FARC en medio de un discreto operativo insurgente tras los quebrantos de salud que presentó la secuestrada líder política, indicaron hoy medios colombianos.
"La trajeron en las horas de la noche, aproximadamente tres hombres, y estaba vestida con un traje como elástico (...) La reconocí por las fotografías que se presentan en la televisión y por el semblante que traía", expresó a RCN Televisión el testigo, que habló con la voz distorsionada y semblante cubierto.
La prensa local entrevistó hoy a los habitantes del caserío El Capricho, ubicado en el selvático departamento del Guaviare, pero nadie admitió haber visto a Betancourt, secuestrada hace seis años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
"Su cuerpo - contó un testigo - se perdía entre un impermeable verde que la cubría de la cabeza a los pies. Estaba demasiado flaca y amarilla, pero después de haberla visto tantas veces en la televisión era imposible no reconocerla", reseñó el diario bogotano "El Tiempo".
El Capricho está hoy militarizado y los pocos testigos que vieron a la líder política tuvieron que huir de esa localidad por temor a una posible represalia de las FARC.
La semana pasada, un sacerdote que trabaja en esa zona selvática del sur de Colombia reveló que unos 300 guerrilleros fueron los encargados de llevar al médico a la ex candidata presidencial Betancourt, quien padece de leishmaniasis, hepatitis B y al parecer de paludismo.
Betancourt fue llevada a un centro de salud de las afueras de la localidad de San José del Guaviare, capital del departamento de Guaviare, entre el 20 y el 25 de febrero.
Por su lado, el presidente µlvaro Uribe pidió ayer a los habitantes del Guaviare informar sobre el paradero de la líder política y recordó que hay un fondo de 100 millones dólares para los rebeldes que entreguen a los secuestrados.
Las FARC han dicho en el pasado que están dispuestas a canjear a unos 40 rehenes -entre ellos Betancourt, tres políticos más, tres estadounidenses y varios militares y policías- por al menos 500 guerrilleros presos, incluidos dos que fueron extraditados a Estados Unidos.