BRUESELAS.- El ministro de Juventud de Valonia (sur de Bélgica), el socialista Marc Tarabella, presentó hoy una campaña pública que busca prohibir en la Unión Europea (UE) el aparato contra el vandalismo juvenil basado en un repelente auditivo.
Instalado en la puerta de comercios, sucursales bancarias u otros establecimientos privados, el producto consiste en una caja altavoz que emite un desagradable pitido graduable y que, en sus umbrales más bajos, sólo es percibido por los oídos más jóvenes, desde bebes a veinteañeros.
La empresa británica que lo fábrica ha vendido ya unos 3.500 aparatos en el Reino Unido bajo la marca “Mosquito,” según la organización no gubernamental belga Triangle Rouge.
Pero el producto puede comprarse en internet y ha llegado ya a los mercados holandés, belga o francés, en este último con la denominación comercial “Beethoven". "No sé si el responsable de marketing sabe que Beethoven murió sordo,” ironizó hoy Tarabella.
Los responsables de Triangle Rouge, una organización dedicada a la lucha contra la discriminación, sostienen que el “Mosquito” trata a los jóvenes como “parásitos dañinos” y obedece a “las ideas fascistas más cínicas,” por lo que han iniciado una recogida de firmas en su página web para pedir su prohibición.
Tarabella, que se ha sumado a la causa después de que la prensa belga se haya hecho eco el escándalo originado por la instalación de uno de estos aparatos en Lieja (este de Bélgica), abogó hoy en cambio por vetarlo sobre la base del principio de precaución que recoge la legislación de Consumo de la UE.
"El fabricante, como siempre, ha encargado estudios que sostienen que no crea problemas. Pero hay opiniones científicas contrarias y su riesgo no está claro,” dijo Tarabella, que trasladará personalmente su demanda a la comisaria europea de Consumo, Meglena Kuneva.
El ministro valón ha escrito, además, al Gobierno federal belga para pedirle que active el sistema de alerta que permite a un Estado miembro de la UE prevenir al resto sobre la existencia de un producto potencialmente peligroso en el mercado común.
Tarabella reconoció que el proceso en la Unión Europea puede tardar meses y, a preguntas de los periodistas, se mostró partidario de prohibir su comercialización específicamente en Bélgica.
Pero advirtió de que esta medida podría no ser efectiva ya que, mientras la UE no se pronuncie sobre la peligrosidad del “Mosquito”, cualquier Estado miembro que lo vete podría ser denunciado por obstruir la libre circulación de productos en el mercado europeo.