BRUSELAS.- La OTAN buscará en su cumbre de Bucarest del 2 al 4 de abril poner fin a sus divisiones sobre la necesidad de refuerzos militares para su complicada misión en Afganistán y lograr apoyo internacional para los próximos años de guerra contra los talibanes.
Los 26 aliados deben adoptar una "declaración" que recuerde los objetivos de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) para los cinco años venideros en Afganistán, donde en 2008 ya murieron unos 30 soldados de su Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).
Según un diplomático, la OTAN quiere explicar su tarea en la perspectiva del mandato de la ONU, ante las dudas de la opinión pública sobre la necesidad de combatir durante años contra un adversario complicado y en un alejado escenario de Asia central en el cual proliferan el tráfico de drogas y las redes de corrupción.
La ISAF, liderada por la OTAN desde 2003, cuenta actualmente con 47.000 hombres de 39 países y debería aumentar sus efectivos a 50.000, gracias a los refuerzos prometidos por once países.
Sin embargo, los jefes militares de la fuerza juzgan insuficiente ese incremento, ante la inseguridad provocada por la resistencia de las milicias fundamentalistas de los talibanes, en un enfrentamiento que parece no tener fin.
Los líderes aliados deberían subrayar la importancia de una "mejor coordinación entre la ONU, la Unión Europea y la OTAN", demostrando en nombre de "enfoque global" un unánime apoyo internacional para la reconstrucción de Afganistán.
Esta prioridad quedará en evidencia con la reunión especial sobre Afganistán que tendrá la OTAN con 13 países no miembros de la Alianza que participan en la ISAF, así como con Japón, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y su nuevo representante en Kabul, Kai Eide.
Los líderes de la OTAN quieren subrayar también la "necesidad de colocar al mando en forma progresiva a los afganos", una forma de comenzar a hablar de una estrategia de salida.
Por último, los aliados destacarán la importancia de la "cooperación con los vecinos" de Afganistán, en particular Pakistán.
La voluntad de la OTAN de demostrar su unidad en medio de la difícil coyuntura que enfrenta debería dejar en un segundo plano las disputas por el rechazo de Alemania e Italia, a cargo del Norte y el Oeste de Afganistán, de enviar tropas al Sur y Este las zonas más peligrosas.
En ese sentido, se cuenta con que Francia confirme su intención de enviar al menos unos 1.000 hombres más, sin dudas al Este, lo que permitiría la transferencia de soldados norteamericanos a la provincia sureña de Kandahar, donde Canadá reclama apoyo bajo la amenaza de una retirada a partir de 2009.