RÍO DE JANEIRO.- Las Fuerzas Armadas de Brasil abrieron el lunes tres hospitales de campaña en Río de Janeiro, en un esfuerzo por ayudar a prevenir que aumenten las muertes por una epidemia de dengue que ha sobrepasado la capacidad de los servicios públicos de salud.
El brote ha cobrado 54 víctimas fatales en lo que va del año y afectó a más de 43.500 personas en todo el estado de Río de Janeiro, según cifras oficiales.
Unos 1.200 médicos militares y personal de sanidad trabajarán sin interrupción en los hospitales erigidos por la Fuerza Aérea, el Ejército y la Marina, con un total de 140 camas.
Asimismo, cientos de soldados ayudarán a combatir en las calles el mosquito que transmite el dengue, de extrema gravedad en su forma hemorrágica.Millares de personas desbordaron el fin de semana los hospitales públicos de Río, donde la espera para la atención era de varias horas.
Entre quienes buscaron ayuda en el hospital erigido con tiendas por la Fuerza Aérea en Barra da Tijuca, en el oeste de la ciudad, figuró el comerciante Jorge Luiz Carvalho Alves, quien llevó a su hija de 6 años.
Carvalho Alves, de 51 años, tomó un préstamo para llevar a su hija a una clínica privada el fin de semana, donde se le diagnosticó dengue, luego de concurrir vanamente a cuatro hospitales públicos donde había largas filas.
Sin dinero suficiente para hacer frente a la internación de la pequeña, el comerciante la llevó al hospital de campaña, donde fue ingresada a una unidad de tratamiento intensivo.
"Aparentemente ella está mal, y va a ser internada", dijo con lágrimas en los ojos luego de que se diagnosticó a la niña dengue hemorrágica.
"Va a morir mucha gente si dependiera de los hospitales públicos, muchos niños", agregó el comerciante.El dengue es una enfermedad viral contagiada por el mosquito Aedes aegypti y no existen vacunas o medicamentos para tratarla.
Los pacientes son principalmente asistidos con fluidos suministrados en forma oral o intravenosa.La enfermedad tiene varias formas, incluyendo la que causa el dengue hemorrágico, que tiende a afectar a las personas que ya contrajeron otra variedad.
Las filas eran pequeñas en el primer día de atención en los hospitales militares de campaña.Ana da Silva Henrique, una empleada doméstica de 29 años, hizo un largo recorrido en autobús para llegar al hospital de la Fuerza Aérea, aunque tenía un centro asistencial público más cerca de su casa.
"En los militares uno ve que puede confiar. Sólo en el trato que uno recibe de las personas ya hay una diferencia. En el hospital (público) te quedas esperando y las personas no tienen ningún respeto por uno. Aquí es una maravilla", afirmó.