SAN JOSÉ- Autoridades civiles y pobladores de San José, donde se esperaba la misión médica francesa para socorrer a la rehén de las FARC Ingrid Betancourt, lamentaron el martes el rechazo de la guerrilla a esa delegación y dijeron que el gobierno francés pudo haberse apresurado.
"Estoy muy preocupado por esa noticia. Colombia y Francia tienen voluntad, pero la guerrilla no", dijo a la AFP Óscar López, gobernador del departamento selvático de Guaviare, cuya capital San José se ubica unos 400 km al sureste de Bogotá.
López agregó que presumía que al enviar el avión a Bogotá el jueves, el gobierno francés tenía un acuerdo previo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). "Pero no fue así, vinieron sin ningún contacto", indicó.
París había enviado un avión con equipo médico a Bogotá que se esperaba debía partir luego hacia el Guaviare, una vez las FARC entregaran las coordenadas del sitio donde podrían atender a Betancourt.
Pero la guerrilla señaló este martes en un comunicado que la misión médica "no es procedente", pues "no es resultado de la concertación sino de la mala fe de (el presidente colombiano Álvaro) Uribe ante el gobierno" francés, y "una burla desalmada a las expectativas de los familiares de los prisioneros".
"Ingrid estaría muy enferma, ¿cómo no temer por su vida?", sostuvo el gobernador de Guaviare, mientras que el alcalde de San José, Pedro Arenas, dijo a la AFP que le parece "muy lamentable que no haya canales de comunicación entre las partes".
"Anhelaba que se pudiera dar paso a la comisión. Lo que demuestra esto es que Francia no tenía contactos previos y que si los tuvo están rotos", afirmó Arenas, subrayando que "pudo haber apresuramiento".Sin ocultar su desazón, el obispo de Guaviare Guillermo Orozco, evitó opinar sobre el tema señalando que prefiere que lo haga la Conferencia Episcopal.Los habitantes de San José también expresaron su desconcierto.
"Es una injusticia, deben permitir que la atiendan, la pobre Ingrid está en una situación lamentable", manifestó Julio Arroyabe, un vigilante privado de 48 años. "Creo que hubo afán, con un poco de diálogo previo hubiera sido mejor, porque a la guerrilla no le gusta verse acosada", añadió Arroyabe.
"Es decepcionante, una falta total de respeto por la vida", opinó a su vez Abelania Bravo, una desempleada de 29 años, para quien Francia "obró correctamente porque se trata de salvar a alguien en peligro".