BOGOTÁ.- El sacerdote católico colombiano Manuel Mancera, quien denunció un supuesto agravamiento de la salud de la rehén de la guerrilla de las FARC, Ingrid Betancourt, fue suspendido sorpresivamente este miércoles de la parroquia a su cargo, en el selvático departamento de Guaviare.
La decisión fue adoptada por el superior del sacerdote, el obispo de la diócesis de Guaviare, monseñor Guillermo Orozco, para que Manuel Mancera se tomara un descanso, según argumentó.
El sacerdote fue suspendido por treinta días de la parroquia que tiene a su cargo en la apartada aldea de La Libertad, en el municipio de Retorno (450 km al sureste de Bogotá).
A finales de marzo, citando testimonios de los campesinos de la región, Mancera denunció el agravamiento de la salud de Betancourt, versión de la que hizo eco públicamente el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro.
Tras conocer la decisión de su superior de suspenderlo de su parroquia, el sacerdote se declaró en rebeldía y aseguró que lo que busca el obispo Orozco es sacarlo definitivamente.
"Lo que el obispo quiere es que yo me retire totalmente de la diócesis", aseguró, para advertir a renglón seguido que "por gusto de un señor de estos no me voy a ir de la zona".
"Yo sólo cumplí con mi deber sacerdotal y él no puede echarme como un perro de la noche a la mañana", añadió con tono ofuscado en declaraciones a la radio privada RCN.
Los rumores sobre el agravamiento de la salud de Betancourt, quien tiene también nacionalidad francesa, llevaron al gobierno de ese país a enviar a Colombia un avión ambulancia con el propósito de brindarle atención médica.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que tienen en su poder a Betancourt desde el 23 de febrero de 2002, rechazaron la misión, lo que obligó al avión a regresar a París este miércoles.
