BUENOS AIRES.- Evelyn, una niña robada al nacer hace 31 años durante el cautiverio de su madre, es hija de Susana Pegoraro, de origen italiano, y de Rubén Bauer, nieto de alemanes, ambos desaparecidos en la última dictadura argentina (1976-83), según el resultado de un estudio genético.
Se trata de un caso emblemático, porque la ahora mujer -anotada ilegalmente como hija de Policarpio Vázquez, un suboficial retirado de la marina, y su esposa-, se había negado desde 2000 a realizarse una extracción de sangre para la prueba de ADN, por lo que debió hacerse con sus efectos personales.
La mujer había argumentado que no quería dar una prueba en contra de quienes había creído sus padres durante 21 años y quienes están encausados.
En 1999, Policarpio Vázquez había admitido ante la justicia que Evelyn no era su hija biológica, pese a anotarla como tal, y dijo haberla adoptado luego de que se la hubieran entregado mientras trabajaba en 1978 en el edificio Libertad (de la marina).
Tras una serie de idas y vueltas judiciales, la identificación del ADN se realizó finalmente mediante un cepillo de dientes, ropa interior y una pinza de depilar, retirados de su domicilio durante un allanamiento.
Con la confirmación de la identidad en un 99,9% la justicia deberá ordenar la destrucción del documento de identidad de Evelyn Vázquez para realizarle uno nuevo a nombre de Evelyn Bauer Pegoraro.¿
Susana Pegoraro y Rubén Bauer, nacidos en Argentina pero de ascendencia italiana y alemana, respectivamente, eran militantes de la agrupación guerrillera Montoneros (peronismo de izquierda), fueron detenidos en junio de 1977 y desde entonces están desaparecidos.
La mujer, que fue secuestrada junto a su padre Giovanni Pegoraro, acababa de cumplir 21 años y estaba embarazada de cinco meses.Por la desaparición de los Pegoraro, la justicia italiana condenó en ausencia a prisión perpetua a los marinos argentinos Alfredo Astiz o 'el ángel rubio de la muerte' y Jorge 'Tigre' Acosta, entre otros.}
Según testimonio de sobrevivientes, Susana Pegoraro fue vista por última vez en el emblemático campo de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde funcionó también una maternidad clandestina.
Decenas de detenidas embarazadas dieron a luz en cautiverio en la dictadura, y el organismo humanitario Abuelas de Plaza de Mayo estima en 500 los bebés robados y apropiados por represores o sus cómplices. Desde su fundación en 1977, Abuelas logró recuperar a 88 niños robados.