Canciller francés tendrá difícil misión en Colombia por Ingrid Betancourt

BOGOTÁ.- La ofensiva diplomática que el canciller francés, Bernard Kouchner, emprende el lunes en Colombia, y continuará en Ecuador y Venezuela, en favor de la colombo-francesa Ingrid Betancourt en poder de las FARC, se hará dentro de un contexto difícil, estiman algunos analistas.

Ese ambiente poco favorable para la gestión de Kouchner no sólo tiene que ver con las posiciones encontradas del Presidente colombiano Alvaro Uribe y las FARC para liberar a Betancourt y otros 38 secuestrados, sino también con el adverso clima diplomático reinante entre Ecuador y Colombia.

Kouchner, quien ya se entrevistó en Bogotá con Uribe el pasado 21 de febrero, además encontrará la reticencia del Presidente a aceptar una nueva mediación de su homólogo venezolano Hugo Chávez, pese al pronunciamiento en favor de ello hecho el jueves por el gobernante francés Nicolas Sarkozy.

"Ambiente difícil"

"El ambiente no es el mejor, es difícil, pero las cosas en política pueden cambiar de negro a blanco", señaló Carlos José Herrera, director de la maestría de estudios de paz de la privada universidad colombiana de Pamplona (noreste), en declaraciones a la AFP.

Herrera, sin embargo, consideró que la visita de Kouchner es "una gran oportunidad para que el gobierno colombiano retome el acuerdo humanitario y considere en forma pragmática algún tipo de vinculación del Presidente Chávez".

El analista estima que en favor de Chávez ahora juega la nueva actitud de prudencia asumida por él tras el ataque del Ejército colombiano a un campamento de las FARC en Ecuador, el 1 de marzo, lo que llevó al presidente Rafael Correa a romper relaciones con Colombia.

Chávez medió ante las FARC entre agosto y noviembre de 2007 cuando Uribe suspendió abruptamente esa gestión por considerar que se había extralimitado en su gestión a favor del grupo guerrillero.

Como "desagravio", las FARC liberaron unilateralmente entre enero y febrero a seis rehenes que entregaron a delegados de Chávez en la selva colombiana.

Con esas liberaciones descendió a 39 el número de secuestrados que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), proponen canjear por unos 500 rebeldes presos, incluidos dos detenidos en Estados Unidos.

Entre el grupo de rehenes, además de Betancourt, se encuentran tres estadounidenses, tres políticos y decenas de militares y policías colombianos, varios de ellos con diez años en cautiverio.

Exigencia de la guerrilla

Para negociar esas liberaciones, las FARC exigen que el gobierno desmilitarice por 45 días dos localidades del suroeste del país (800 km2), además de que los rebeldes excarcelados regresen a las filas guerrilleras.

León Valencia, un ex guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN), directivo de la Corporación Nuevo Arco Iris (una ONG de estudios políticos y sociales), si bien está de acuerdo en que la gestión de Kouchner no será fácil, destacó que "es importante que Francia mantenga la iniciativa".

"La única esperanza para la liberación de los secuestrados es la comunidad internacional", indicó, advirtiendo seguidamente que "el problema es que todo indica que las FARC exigen la intermediación de Chávez", en declaraciones a la AFP.

Valencia consideró que si Kouchner logra convencer a Uribe de que vuelva a dejar mediar a Chávez, "Francia tiene mucha posibilidad de que le entreguen a Ingrid y otros rehenes".

Pero la posición de las FARC ahora parece haberse endurecido tras la muerte del número dos de esa guerrilla, alias "Raúl Reyes", en el ataque al campamento en Ecuador.

Las FARC declararon "clausuradas" las liberaciones de más rehenes a causa de ese hecho que reconocen fue "un golpe muy fuerte", aunque mantienen abierta la mediación del Presidente Chávez, anunció el domingo Iván Márquez, uno de los jefes del grupo guerrillero, en declaraciones a un diario argentino.