Gobierno argentino confirma política agrícola a cinco días de vencer tregua

BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino sostuvo este lunes que sigue firme y en plena vigencia el programa de impuestos a las exportaciones que resisten a toda costa los agricultores, a cinco días de vencer la tregua que declararon tras una huelga de 21 días en marzo.

"Al Gobierno le gusta la medida de las retenciones (tributos) móviles y, de lo contrario, no la hubiera tomado. Son parte de la política estratégica de Argentina y no se van a tocar", dijo el ministro de Justicia, Aníbal Fernández en declaraciones radiales.

Los tributos móviles fueron establecidos el 11 de marzo último, con el argumento oficial de desalentar la soja, principal cultivo y producto exportable, a la vez que se intentó incentivar el trigo y el maíz, frente al creciente aumento en los precios de los alimentos.

Los tributos móviles consisten en fijar un nivel de impuestos directamente proporcional al de los precios internacionales de la soja, cuya cosecha este año en Argentina está valuada en unos 24.000 millones de dólares.

Unos 250.000 agricultores están en pie de guerra contra los aumentos de impuestos, en particular los de la soja, aunque también reclaman subsidios y alicientes al resto de la producción del campo.

El alza impositiva llevó el de la soja al 40% y provocó una rebelión del campo junto con una crisis política, que hizo caer al joven Martín Lousteau como ministro de Economía, reemplazado por Carlos Fernández, un funcionario leal al todopoderoso ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007).

El ex mandatario comparte de hecho el poder con su esposa, la presidenta Cristina Kirchner, y ambos dicen estar empeñados en impedir que los aumentos de precios internacionales agrícolas se conviertan en inflación.

Pero las consultoras privadas y los organismos de defensa del consumidor sostienen que la inflación real del país está en un promedio del 25% anual, cuando el Gobierno asegura que no supera el 10% anual.

Las negociaciones entre el Gobierno y el campo están estancadas, frente a la amenaza de los agricultores más radicalizados en volver este viernes, cuando venza la tregua, a bloquear las rutas, como cuando provocaron hace un mes un inédito desabastecimiento de insumos básicos y alimentos.