ROMA.- Treinta y tres nuevos guardias suizos juraron hoy fidelidad al Papa en el Patio de San Dámaso, del Vaticano, en una ceremonia a la que asistieron miembros de la Curia Romana y del cuerpo diplomático, además de los familiares del "ejército más pequeño del mundo".
De los 33 nuevos Guardias, todos provenientes de cantones helvéticos como es obligatorio, veinte juraron en alemán, once en francés, uno en italiano y el otro en romance.
El juramento de los reclutas se celebra todos los años el día 6 de mayo, en conmemoración del "Saqueo de Roma" (1527), cuando murieron 147 guardias suizos por defender al Papa Clemente VI del asalto de las tropas del emperador Carlos V.
La ceremonia se desarrolló, como es tradicional, con el juramento de los soldados alzando tres dedos de la mano derecha para simbolizar la Trinidad, mientras con la mano izquierda estrechaban la bandera del cuerpo.
Vestidos con los uniformes de corte renacentista e inspiración de Miguel Ángel, los nuevos soldados se comprometieron a servir fiel y lealmente al Papa Benedicto XVI y se mostraron dispuestos a "sacrificar su propia vida".
La jornada comenzó con una misa celebrada por el cardenal secretario de estado, Tarcisio Bertone, quien, tras resaltar la labor del "ejército del Papa", dijo que el trabajo de la Guardia Suiza no es uno más, "sino una misión, que podemos calificar como apostólica".
Ayer, Benedicto XVI recibió a los miembros de ese cuerpo y a sus familiares en la Sala Clementina del Vaticano y, tras agradecer "la generosidad y la dedicación" con la que prestan su servicio, animó a los nuevos alabarderos a que sean "abiertos, sencillos y leales".
La Guardia Suiza está compuesta por 110 miembros, exclusivamente hombres. Fue creada en 1506, cuando el Papa Julio II negoció con los cantones helvéticos el envío de voluntarios para formar un contingente estable en Roma, como guardia personal y de su residencia.
Tras el golpe recibido durante el Saqueo de Roma, Pablo III renovó la formación en 1548 con 225 hombres, uno de cuyos destacamentos fue enviado por Pío V a combatir contra los turcos en Lepanto, donde consiguieron arrebatar dos banderas enemigas.
Disuelta por Pío VI antes de irse al exilio en 1798, Pío VII volvió a formarla en 1801 pero con sólo 64 soldados, que León XII aumentó a 200 en 1824. Actualmente son 110.
Los soldados de la Guardia papal deben ser oriundos de algún cantón suizo, católicos, solteros en el momento de su incorporación al servicio, tener entre 20 y 30 años y con una altura mínima de 1,74 metros.
La duración mínima de servicio es de dos años y el sueldo mensual que reciben está alrededor de mil euros. Los gastos de alojamiento, manutención y asistencia médica corren a cuenta de la Santa Sede.
La imagen de la Guardia Suiza se vio empañada el 4 de mayo de 1998 cuando dos días antes del jura el cabo Cedric Tornay, de 23 años, asesinó al entonces comandante Alois Estermann y a su esposa y después se suicidó.
Hoy, diez años después, el capellán del cuerpo, Alain De Raemu, recordó ese "drama" durante el discurso oficial que pronunció.