BEIJING.- Las autoridades chinas incrementaron el miércoles la vigilancia en el centro de Beijing coincidiendo con el 19º aniversario de la sangrienta represión del movimiento democrático de la plaza Tiananmen, que este año tiene lugar a sólo 65 días de la inauguración de los Juegos Olímpicos.
La efeméride, rodeada cada año de un absoluto silencio por los medios de comunicación chinos, provoca todos los años un incremento de la vigilancia sobre los disidentes para evitar los actos conmemorativos.
Pese a ello, una asociación quiere mantener el recuerdo vivo. Se trata de las Madres de Tiananmen, constituida por familiares de las víctimas, que celebró varios actos privados en Beijing.
"A medida que el tiempo pasa, este tipo de reuniones cobran más significado", dijo Ding Zilin, una antigua profesora universitaria de 72 años que perdió a su hijo de 17 años, muerto de un disparo en la espalda."No sólo para recordar a los muertos, sino también para mirar al futuro", agregó.
En Hong Kong, miles de personas participaron en el anual encendido de velas para recordar los hechos, el único acto de este tipo que se lleva a cabo en territorio chino. El número de asistentes estuvo bastante por debajo del del año pasado, pese a los esfuerzos de los organizadores para vincular el acto al terremoto del mes pasado en la provincia de Sichuan.
Han Dongfang, un activista de Hong Kong, pidió a China que utilice el sentimiento de unidad nacional surgido tras el terremoto para cerrar las heridas de 1989.
"El gobierno debería aprender la lección de hace 19 años, cuando ese sentimiento se dilapidó y se perdió en la represión del 4 de junio", dijo Han, que fue encarcelado por aquellos hechos y que en la actualidad dirige una organización de defensa de los trabajadores chinos, el Boletín Laboral de China (China Labour Bulletin).
"Al tiempo que el país pugna por recuperarse del reciente desastre natural, se pueden dar pasos para sanar las heridas sociales y políticas de aquel periodo", el de la matanza.
Los turistas habituales, al parecer ajenos al aniversario, paseaban este miércoles por la plaza Tiananmen, que durante seis semanas en 1989 albergó a miles de manifestantes reclamando democracia antes de ser desalojados brutalmente por las autoridades.
Policías uniformados y de paisano vigilaban el lugar, presidido por el mausoleo de Mao Tsetung, fundador de China comunista, así como por la entrada sur de la Ciudad Prohibida y la sede del Parlamento.
El gobierno justificó la represión por la necesidad de hacer frente a un movimiento "contrarrevolucionario", y sistemáticamente se niega a toda revisión de lo acontecido, del "incidente", como suele describirlo.