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Protestas contra la guerra en Irak reciben a Bush en Londres

Bajo el lema de "Bush no es bien recibido aquí", la coalición "Parad la Guerra" ha convocado una manifestación para las 16:00 horas del domingo en la Plaza del Parlamento.

14 de Junio de 2008 | 16:14 | EFE

LONDRES.- Protestas y fuertes medidas de seguridad aguardan mañana en Londres al presidente estadounidense, George Bush, aunque de una magnitud muy inferior a su visita en 2003, cuando la ciudad recibió al mandatario en estado de alerta y con multitudinarias manifestaciones.

Entonces, Bush visitaba a su principal aliado en unos momentos críticos para la coalición que había iniciado, unos meses antes, la ocupación de Irak y a un año de presentarse a la reelección.

Ahora se trata de una visita de despedida, a siete meses de concluir su mandato y mientras Europa parece estar más centrada en saber quien será el próximo inquilino de la Casa Blanca.


Acompañado por su esposa, Laura, Bush llega mañana al Reino Unido en la última etapa de su gira europea de despedida.

La pareja será recibida en el castillo de Windsor por Isabel II y su marido, el duque de Edimburgo, con quienes tomarán el té, y posteriormente, el primer ministro británico, Gordon Brown, celebrará una cena oficial en su honor en su residencia oficial, en el número 10 de Downing Street.

El lunes Bush analizará la situación internacional con el "premier", en un momento de horas bajas para la popularidad de ambos políticos, el primero a siete meses de dejar la Casa Blanca y el segundo hundido en las encuestas.

Bush, que se ha reencontrado con viejas amistades, como el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y con nuevos amigos, como el francés, Nicolas Sarkozy, o la alemana, Angela Merkel, no ha podido culminar esta gira por Europa reuniéndose con el que sin duda fue su mayor aliado: el ex primer ministro británico Tony Blair.

El ex "premier", actual enviado especial del Cuarteto a Oriente Medio, dejó el poder hace casi un año, después de que precisamente la guerra de Irak y su simpatía por las políticas de Bush acabaran por minar completamente su popularidad.

Las relaciones de Bush con Brown no son, ni con mucho, tan cálidas como lo fueran con su antecesor, ni tampoco el nuevo "premier", pese a ser un gran admirador de EU, ha logrado hacerse tan popular entre los estadounidenses como lo era Blair.

La estancia de Bush en territorio británico se completa con una visita a Irlanda del Norte, donde el pasado abril se cumplieron diez años de un proceso de paz en el que EU jugó un papel mediador esencial.


Protestas en medio de la cena


Bajo el lema de "Bush no es bien recibido aquí", la coalición "Parad la Guerra" ha convocado una manifestación para las 16:00 horas GMT del domingo en la Plaza del Parlamento, después de que la Policía británica prohibiese una protesta a las puertas de Downing Street mientras los Bush cenan con los Brown.

El grupo también ha convocado otra protesta coincidiendo con la visita de Bush al castillo de Windsor, por considerar que un "criminal de guerra" no debería ser honrado por la realeza.

La coalición, que quiere mostrar su oposición al mandatario y sus "políticas bélicas", así como denunciar el continuo apoyo del Gobierno de Londres a las guerras del presidente estadounidense, ha criticado la decisión policial británica de prohibir su protesta inicial.

Sin embargo, Scotland Yard asegura que antes incluso de que recibiera la solicitud para esa manifestación, ya había decidido cerrar Whitehall, frente a la residencia de Brown, "por razones de seguridad pública".

Dos mil agentes de policía participan en la operación de seguridad que se desplegará con motivo de la visita de Bush y que costará a las arcas más de un millón de libras (1,26 millones de euros).

Sin embargo, según destacaba hoy el diario "The Times" en su edición digital, el despliegue policial es "significativamente inferior" al montado durante la visita de la llama olímpica a la capital británica y no tiene nada que ver con el que acompañó su visita en 2003.

Entonces, se puso en marcha un dispositivo sin precedentes: además de reforzarse la vigilancia en puertos, aeropuertos y estaciones de tren, nada menos que catorce mil agentes de la Policía Metropolitana de Londres patrullaron las calles.

Tampoco parece que vayan a repetirse las multitudinarias protestas del 2003, cuando decenas de miles de personas se echaron a la calle contra la visita y la guerra de Irak.  

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