MADRID.- Tras las críticas por parte de gobiernos latinoamericanos a la nueva directiva europea que permite la retención de inmigrantes sin papeles durante 18 meses, el Ejecutivo socialista español va a iniciar una campaña de información en América Latina, donde explicará que "no es aplicable a España".
Así lo manifestó hoy la vicepresidenta primera del Ejecutivo español, María Teresa Fernández de la Vega, en rueda de prensa tras el consejo de ministros.
La directiva de retorno de inmigrantes irregulares aprobada por el Parlamento Europeo el miércoles establece que los "sin papeles" pueden ser retenidos hasta un período máximo de 18 meses mientras se tramita su repatriación pero cada país debe decidir por sí mismo si en su ley nacional establece ese período o uno por debajo. En el caso de España, la ley permite actualmente una retención máxima de 40 días, que el gobierno socialista pretende ampliar a 60.
España hará un "esfuerzo diplomático de información" con los países latinoamericanos, dijo De la Vega, y destacó que la legislación española al respecto es más garantista que los mínimos que establece la directiva.
El gobierno español está "absolutamente seguro" de que los países de América Latina seguirán apoyando la "política en común" de la UE, aseguró la vicepresidenta, que consideró que la directiva europea fija "criterios y garantías donde antes no los había como, por ejemplo, unos mínimos de control judicial".
"Lo que hace falta es una mayor información sobre la concreción y en qué se traducen estas políticas, especialmente la del gobierno de España", consideró la vicepresidenta primera.
Las críticas a la directiva europea han sido unánimes desde América Latina. Las más fuertes son las de Bolivia y Venezuela. El presidente boliviano, Evo Morales, anunció el jueves que liderará una campaña en ese subcontinente y en África contra ella.
Y el presidente venezolano, Hugo Chávez, advirtió de que "revisará" las inversiones que tienen allí las empresas de países que apliquen la directiva, al tiempo que amenazó con dejar de enviarle petróleo a esas naciones.