STONEHENGE, Inglaterra.- Miles de personas, entre las que había juerguistas, paganos y druidas, profirieron vítores y aporrearon tambores el sábado para recibir en el monumento de Stonehenge el día más largo del año boreal, el solsticio de verano.
El sonido de los cuernos anunció la salida del sol sobre el círculo de enormes rocas a las 04:58 de la madrugada (23:48 en Chile), aunque apenas fue visible debido a las nubes que cubrían el cielo.
Empero, la neblina y a tenue lluvia que caía no empañaron los buenos ánimos de los asistentes, protegidos bajo sus paraguas, ponchos y bolsas de plástico para recibir la aurora.
"He hecho esto en los últimos tres años", comentó Peter Rawcliffe, de 26 años, que pedaleó 80 kilómetros 50 millas desde su casa en Oxford. "Realmente es una experiencia mágica", agregó.
La policía estimó que 28.000 personas acudieron al monumento, una de las concentraciones más numerosas en años. Agregó que se practicaron 15 detenciones por hurto y otras faltas menores.
Para Trevor Wyatt, de 55 años, el lugar es su "catedral. Ha sido un lugar sagrado durante 6.000 años para los habitantes de este país", indicó.
Wyatt, que reside en Londres, reconoció que no es ni pagano ni druida, "solamente inglés".
Un druida era un miembro del clero celta que actuaba como sacerdote, árbitro, erudito, magistrado y curandero. Aparecen en cuentos y leyendas cristianas como magos o hechiceros.
Los festejos del solsticio eran destacados en el calendario precristiano y en muchos países todavía se conserva la costumbre de encender grandes hogueras, bailes y otros ritos como restos del pasado pagano europeo.