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Vaticano desmiente implicación de "banquero de Dios" en misterioso secuestro

Según publicaciones italianas, una testigo del secuestro Emanuela Orlandi, hija de un funcionario de la Santa Sede, ocurrido en junio de 1983, el arzobispo Paul Marcinkus fue quien ordenó el rapto.

24 de Junio de 2008 | 12:40 | AFP

ROMA.- El Vaticano desmintió este martes con una nota oficial toda implicación del fallecido arzobispo estadounidense Paul Marcinkus,  mejor conocido como el 'banquero de Dios', en el misterioso secuestro de una  adolescente en 1983, como sostienen los principales periódicos italianos.


"Se trata de acusaciones infames y sin fundamento contra monseñor Marcinkus, quien murió hace tiempo y no puede defenderse", escribió el Vaticano  en una nota divulgada por la oficina de prensa.


Según los diarios Il Corriere della Sera y La Repubblica, una testigo del  secuestro en Roma de la joven Emanuela Orlandi, ocurrido en junio de 1983, el  arzobispo Marcinkus fue la persona que ordenó el secuestro de la chica, hija de  un funcionario de la Santa Sede.


Las declaraciones de la testigo, amante entonces de uno de los célebres  jefes de la temida organización criminal romana "banda de la Magliana", son  consideradas poco creíbles no sólo por el Vaticano, sino también por la familia  Orlandi y la misma prensa, que descubrió numerosas contradicciones e  incoherencias en el relato."No queremos entorpecer el deber de los magistrados de verificar hechos y  responsabilidades. Pero no podemos dejar de manifestar nuestra inquietud y  malestar por la divulgación de informaciones sensacionalistas, que exigen mayor  seriedad y ética profesional", sostiene la nota del Vaticano."Emanuela Orlandi fue secuestrada no por dinero sino por orden de monseñor  Marcinkus, al que conocí en una comida. La raptaron para enviar un señal, un  mensaje dirigido a sus superiores", sostiene Sabrina Minardi, ex amante de  Enrico Pedis, jefe de la banda romana, según la versión publicada por el diario  La Repubblica.Para la testigo, el secuestro de la adolescente, desaparecida desde hace 25  años y que conmovió al país, era una suerte de advertencia al mismo papa Juan  Pablo II, quien comenzaba a cuestionar al arzobispo estadounidense por la  manera con la que manejaba las finanzas de la Santa Sede.Marcinkus, investigado por la justicia italiana, se vió obligado a dejar en  1990 el Vaticano y se retiró en Estados Unidos tras una larga negociación entre  Italia y la Santa Sede, donde murió en 2006.El poderoso arzobispo estadounidense, entonces presidente del Instituto  para las Obras de Religión (IOR), o banco del Papa, organizador de los viajes  de Juan Pablo II, era el hombre que conseguía dinero para financiar a los  grupos católicos del Este europeo en la lucha contra el comunismo y uno de los  prelados más cercanos al pontífice polaco.El cardenalato estaba ya casi al alcance de la mano de monseñor Marcinkus  cuando estalló el escándalo por la quiebra del Banco Ambrosiano, el mayor de  Italia y socio del banco del Vaticano, acusado de haber creado un bosque de  sociedades financieras en los paraísos fiscales del Caribe, adonde volaban  cientos de millones de dólares ilegales, entre ellos aquellos provenientes del  reciclaje de dinero de la mafia.La familia Orlandi exige "pruebas seguras" y considera inverosímiles las  declaraciones de Minardi, quien reside en un centro para la recuperación de  drogadictos y cuenta historias incongruentes ocurridas en épocas diferentes.Por otro lado, los expertos judiciales evalúan varios aspectos de las  declaraciones y comparan con los informes de los servicios secretos de mediados  de la década de los 80 para intentar develar uno de los tantos escándalos que  sacudieron entonces a Italia y que llegaron a salpicar hasta al mismo Papa.