GINEBRA.- El ex Presidente y enviado especial de la ONU sobre Cambio Climático, Ricardo Lagos, pronosticó hoy que los países industrializados podrían levantar barreras comerciales "verdes" como parte de su futura estrategia para luchar contra el cambio climático.
Lagos sostuvo que los países ricos podrían establecer un impuesto a las importaciones vinculado directamente al nivel de contaminación generada por la producción del bien comerciado.
"Habrá una barrera (comercial) verde, así que si los países en desarrollo quieren vender sus productos tendrán que demostrar que han tomado medidas para que su producción no aumente la contaminación", explicó.
Por ello consideró fundamental que los países en desarrollo participen en las negociaciones destinadas a adoptar un acuerdo internacional el próximo año en Copenhague, de modo que sus voces sean escuchadas y "no se les impongan normas en cuyo diseño no han tenido participación".
El acuerdo que se prepara sustituirá después de 2012 al Tratado de Kioto, el primero de alcance mundial que reconoció el problema del calentamiento global y por el cual los países se comprometieron a reducir sus emisiones contaminantes.
Según Lagos, la conferencia de Copenhague será la ocasión de establecer diferencias entre los países emergentes con un rápido crecimiento económico y otros países en desarrollo más pobres.
Para el primer grupo "se podría abrir un periodo de transición" durante el cual podrían optar por "algunos de los elementos dentro de un menú de alternativas", mientras que los países de menores recursos seguirían teniendo "el derecho a circular por las vías sin pagar peaje", al menos hasta 2020.
Ese año "seguramente habrá una nueva negociación para evaluar qué tipo de exigencias se hacen a todos los países".
Deforestación
El representante de la ONU también dijo que aunque "nadie piensa que, por el momento, se pueda pedir a los países en desarrollo" compromisos parecidos a los que deben cumplir las naciones industrializados, sí es posible invocarles a que "reduzcan el ritmo de deforestación a cambio de una compensación económica".
Afirmó que la deforestación es responsable de un 20 por ciento de los gases que aceleran el cambio climático, porcentaje que corresponde al dióxido de carbono que los árboles cortados podrían absorber.
Planteó un cambio de lógica en esta cuestión y pagar por cada árbol que no se corta en lugar de financiar cada árbol replantado.
"Pagar a los agricultores pobres por reducir la deforestación y mantener los bosques actuales es una alternativa viable", aseguró.
El ex Mandatario lamentó la falta de liderazgo político internacional en materia de cambio climático.
A ese respecto, opinó que en América Latina ese liderazgo podría ser asumido de
manera conjunta por Brasil y México, que aparecen en la lista de veinte mayores emisores de dióxido de carbono a nivel mundial.
Refirió que ambos países "están tomando medidas concretas" para limitar los daños del calentamiento global y que sus acciones podrían incidir positivamente en las posiciones que tomarán los latinoamericanos en las negociaciones de Copenhague.