Kirchner y Chávez analizan integración energética regional

TUCUMÁN, Argentina.- Los presidentes de Argentina, Cristina Kirchner, y de Venezuela, Hugo Chávez, se reunieron en el marco de la Cumbre del Mercosur en Tucumán para analizar la integración energética, entre otros temas, dijo una fuente diplomática.

Kirchner y Chávez sostuvieron un encuentro de media hora en un hotel frente al Parque 9 de Julio, de esta ciudad situada a unos 1.300 Km al norte de Buenos Aires, donde sesionará el martes la XXXV Cumbre de mandatarios del bloque y de los estados asociados.

Consultado tras la reunión acerca de la demorada entrada plena de Venezuela en el bloque, el mandatario caribeño recordó haberle señalado al presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que es un hecho.

"Yo ya le dije a Lula que en los hechos no estamos legalmente casados, pero estamos en un concubinato. Venezuela ya es Mercosur", dijo Chávez.

Los gobiernos del Mercosur están preocupados por asegurarse el suministro estable de energía y en crear mecanismos de intercambio para enfrentar los déficit.

Kirchner y Chávez analizaron también la situación de la integración regional y no se descartó que hayan hablado de las necesidades de financiamiento de Argentina, cuyo gobierno ha recibido préstamos venezolanos por más de 5.000 millones de dólares, dijo la fuente.

Otro tema sobre la mesa del encuentro bilateral era la controversia por la nacionalización en Venezuela de la poderosa siderúrgica controlada por capitales argentinos Ternium-Sidor.

La multinacional argentina Techint, dueña del 60% de la acería, está negociando con Chávez el precio de la transferencia de acciones, tras el decreto de nacionalización de la industria del hierro en la minera región de Guayana (sureste de Venezuela).

Argentina intentó terciar en la discusión en favor de la compañía, pero sin poder impedir que el asunto se encarrilase por una dura negociación sobre el valor de las acciones.

Pero las energías de Kirchner están casi consumidas librando una agobiante puja interna que dura más de 100 días contra agricultores que reclaman reducciones a los impuestos a las multimillonarias exportaciones de alimentos.