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Abuelo de ex rehén de las FARC sufre infarto tras ver rescate de su nieto

El anciano no soportó la alegría al enterarse de la liberación de su nieto William Pérez, quien reveló que prefirió cuidar a los demás cautivos, entre ellos, Ingrid Betancourt, en vez de escapar.

04 de Julio de 2008 | 19:10 | EFE

BOGOTÁ.- El abuelo del cabo del Ejército William Humberto Pérez, ex rehén de las FARC que fue durante cuatro años el enfermero de Ingrid Betancourt, falleció de un paro cardiaco que habría sido causado por la emoción que sintió al conocer la liberación de su nieto, informaron hoy fuentes médicas.


El médico Wilman Angulo relató a periodistas que el anciano sufrió ayer un paro cardiaco cuando veía con su familia en televisión imágenes de Pérez, rescatado el miércoles junto a otros 14 rehenes por el Ejército en las selvas del sur de Colombia.


"Se emocionó y el paciente padeció un infarto. Los familiares nos cuentan que estaban viendo la televisión y estaban comentando el recibimiento que le iban a hacer y el señor estaba bastante emocionado y alegre", dijo el especialista.


El cadáver del anciano, identificado como Anselmo Medina, fue trasladado al anfiteatro de la ciudad de Riohacha (norte), capital del departamento de La Guajira, a la espera de la llegada de su nieto.


Pérez narró hoy ante los medios que sacrificó varios intentos de fuga por quedarse atendiendo a los secuestrados que padecían serias dolencias físicas, aprovechando los conocimientos de enfermería que aprendió en el Hospital Militar, razón por la que la Universidad del Valle le ha ofrecido una beca para estudiar medicina.


El padre del cabo liberado también murió hace varios meses mientras él estaba en cautiverio.


Tras ser rescatado, Pérez contó que Betancourt, ex candidata a la Presidencia de Colombia, estuvo al borde de la muerte durante algunos momentos de su cautiverio.


"Como enfermero no puedo medicar, pero en orden público es mi responsabilidad atender a los soldados y salvarles la vida. Y con ese mismo pensamiento atendí a Ingrid Betancourt", señaló.


"Comencé a hablar con ella y me dijo que se quería morir, que mirara como la tenía la guerrilla. Eso me conmovió. Yo le decía: 'todo el mundo está pendiente de usted, no se deje morir, debe ser fuerte y salir adelante'", agregó Pérez.


Dijo que la alimentaba con cucharitas durante todo el día y que la animaba hablándole de lo importante que era ella para su familia y, en especial, para sus hijos Melanie y Lorenzo.