WASHINGTON.- El secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, pidió al Pentágono normas más estrictas para las bombas de racimo desde hoy hasta 2018 para reducir el peligro que enfrentan los civiles, indicó este martes un funcionario de la defensa.
"La política es que desde hoy hasta 2018 suministremos bombas de racimo que tengan una tasa de no detonación inferior a 1%", indicó este funcionario que no quiso que su indentidad fuera revelada.
Para Steve Goose, de la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW), esta decisión es "demasiado débil, demasiado tardía".
"La mayoría de los aliados clave de Estados Unidos ya rechazaron las bombas de racimo porque civiles inocentes murieron y fueron mutilados, no sólo cuando las armas fueron utilizadas sino meses y años después", agregó.
"¿Cómo puede ser que concientemente Estados Unidos pueda esperar 10 años para aceptar normas de menor jerarquía?", se preguntó Goose en un comunicado.
Las armas de racimo despliegan hasta varios cientos de mini bombas sobre una superficie del tamaño de 2 o 3 canchas de fútbol.Utilizadas contra soldados, tanques, aérodromos o hasta líneas eléctricas, las bombas son sensibles a estallar al entrar en contacto.
Pero entre el 5% y el 16% de ellas no explotan, lo que deja los campos de batalla repletos de bombas sin estallar, y esto pone en peligro a los civiles.
Un acuerdo internacional que prohibe las bombas de racimo en el mundo, fue adoptado el 30 de mayo por 111 países, entre ellos varios aliados de Estados Unidos.
Pero la ausencia de grandes países productores o usuarios como Estados Unidos, China, Rusia, Pakistán e Israel elevó cuestionamientos sobre su impacto real.