SYDNEY.- Jesús y Rodrigo finalizan una gran pancarta que dice "Por la paz en Colombia", en un alto en su recorrido por Sydney como parte del río humano de cientos de miles de peregrinos católicos que permanecerán en vigilia hasta el domingo, cuando Benedicto XVI oficie una multitudinaria misa.
"Queremos una bendición del Santo Padre, a ver si derrama luz en el conflicto colombiano", dice Jesús Naranjo, de 23 años, quien cuenta con que el domingo algunos de sus compatriotas colaboren para elevar lo más alto posible la pancarta, para que la pueda ver el papa.
Los dos jóvenes se detuvieron un rato en su caminata de más de 9 kilómetros desde su lugar de hospedaje hasta el hipódromo de Randwick donde se celebrará la eucaristía que debe cerrar las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).
"Acá llevamos nuestro abrigo, esperamos no tener tanto frío, porque de noche se pone helado", señala Rodrigo Ricardi, preocupado por lo mucho que puede bajar la temperatura en pleno invierno australiano cuando se anuncian 7 grados centígrados.
Los dos amigos tienen grandes expectativas acerca de la vigilia. "La idea es compartir con toda la gente diferente que hay", apunta Rodrigo. A las jornadas asisten 215.000 peregrinos, entre ellos 125.000 extranjeros provenientes de 169 países de los cuales 12.000 son latinoamericanos.
"Quizá hará frío, pero yo voy con un grupo de mi colegio, y seguro practicamos algún deporte y nos calentamos", señala por su lado Michael Birksen, un australiano de 12 años, quien llegó a Sydney desde Perth, al otro extremo de Australia, a unos 3.300 km.
Los peregrinos, con sus sacos de dormir a cuestas, van entonando canciones, sonando silbatos y ondeando las banderas de sus respectivos países, saludados desde los puentes por habitantes de Sidney, quienes han visto transformada su ciudad esta semana en un centro de múltiples culturas.